Científicos de EEUU indicaron que las células madres aumentan el riesgo de que una persona que ya sufrió un infarto, vuelva a padecer el mismo mal. Esto, ya que viajan desde la médula espinal al bazo provocando el desarrollo de las células inflamatorias que obstruyen el paso de la sangre.
Nueve de cada diez personas que sufren un infarto de miocardio por primera vez sobreviven, pero prrsentan una alta incidencia, por motivos que se desconocían, de que lo vuelvan a padecer.
Según el investigador Matthias Mahrendorf , muchos de estos pacientes sufrían aterosclerosis, una cardiopatía que se caracteriza por la acumulación de depósitos de grasa o placas de ateroma en la pared interna de las arterias.
“Descubrimos que, tras un infarto de miocardio, células madre de la sangre viajan desde la médula espinal al bazo, en donde producen más células inflamatorias”, explicó Nahrendorf.
Para el facultativo, los resultados demuestran que los médicos no deberán prestar atención solo al estado de las arterias, sino a todas las variables, incluidas la presencia de células madre en la sangre. Además, considera que su estudio permitirá abrir una nueva perspectiva para combatir la aterosclerosis, poniendo énfasis en la presencia de las células madres en la sangre.
Este hallazgo “abre una nueva vía para potenciales terapias anti-inflamatorias, ya que los medicamentos disponibles en la actualidad combaten el colesterol de la sangre y la presión alta. Ahora podemos explorar cómo la modificación de las propiedades de las células madre de la sangre afecta al crecimiento de la placa aterosclerótica”.
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