Un grupo de ingenieros norteamericanos afirma haber desarrollado una tecnología capaz de predecir cuándo va a caerse una persona, incluso con días de antelación. El sistema, que todavía es un prototipo, se basa en un sensor inalámbrico tan pequeño que puede ir pegado a un cinturón que analiza la postura y la marcha del usuario y que envía una alerta si se produce una ruptura en su rutina.
Los responsables de este proyecto, procedentes de los departamentos de Ingeniería Eléctrica y Computación y de Cirugía de la Texas Tech University (Estados Unidos), consideran que su trabajo puede beneficiar a los pacientes con problemas de equilibrio, como los aquejados por trastornos como la enfermedad de Parkinson, la demencia o la epilepsia, y en general a los ancianos.
En el caso de los mayores, “una caída puede resultar mortal”, recuerda el profesor Donald Y. C. Lie, uno de los principales participantes en esta iniciativa, que ha contado con la colaboración de la empresa especializada Texas Instruments.
El aviso que indica que es probable que se produzca un accidente puede desencadenarse “por un motivo muscular, por alguna causa relacionada con la visión o por el consumo de drogas” por parte del individuo que se esté observando, aclara este doctor.
Un equipo de médicos recibe en tiempo real toda esa información, tras analizar una base alimentada con los datos que provienen del movimiento característico del sujeto, tanto cuando está de pie como cuando permanece sentado.
Este estudio ya ha sido aprobado por la junta de revisión que valida la investigación biomédica y sobre el comportamiento humano en el Centro de Ciencias de la Salud de la Texas Tech University, según se señala desde la propia institución.