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Bióloga chilena busca salvar a la rana de montaña de Nahuelbuta

Virginia Moreno está obsesionada con las ranas. Tanto es así que ella se enfrenta al poder de la industria forestal para estudiar una rana en particular, la cual se encuentra en peligro crítico, llamada Telmatobufo bullock.

Moreno es una de las pocas que ha visto a la especie, también conocida como la rana de montaña de Nahuelbuta, en los últimos años. El avistamiento, durante un viaje a Chile el año pasado, tuvo un toque de cuento de hadas. “Cuando encontré a la la rana, me miró como diciendo ‘este es tu destino – aquí está su tesis doctoral'”.

“Nadie había visto una hace cerca de 10 años. Algunas personas pensaron que se habían extinguido, o que estaban en peligro de extinción”, dice la joven, para quien las ranas son un punto focal para el cuadro más grande de bosque nativo y la conservación de especies endémicas en Chile.

Moreno volvió a Chile el mes pasado para una segunda ronda de trabajo de campo en la cordillera costera para encontrar la rana marrón con los párpados de color amarillo y de ocho centímetros de largo.

Su descubrimiento de un T. bullock, durante una expedición con colegas que ya habían encontrado renacuajos de esta especie, despertó el interés entre los científicos y los medios de comunicación.

También condujo a la búsqueda de otras tres poblaciones en áreas donde el bosque nativo se ha reducido a fragmentos en medio de pinos y eucaliptos de las forestales. Para su doctorado, ella está estudiando las poblaciones de ranas para averiguar más acerca de su abundancia, hábitat, sus movimientos entre bosques y arroyos, y sus hábitos de cría.

Las T. bullock se crían en ríos de corriente rápida. Los renacuajos se adhieren a las rocas con bocas de aspiración especialmente adaptados para alimentarse de las algas hasta que se transforman y vuelven a la selva. Lo que preocupa a Moreno no es sólo el impacto de la pérdida de hábitat del bosque nativo, sino también la degradación del agua corriente , de la cual depende su supervivencia.

“El agua corriente se contamina por cieno de los pinos cuando llueve. Las ranas no pueden alimentar de las algas cuando esto sucede. Luego están los pesticidas y fertilizantes en el agua también,” dice.

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