Un grupo de profesionales de la Red de Investigación de Enfermedades Tropicales (RICET) de España, descubrió una nueva proteína cuya inactivación frena la multiplicación en la sangre del parásito que provoca la tripanosomiasis africana, también llamada la enfermedad del sueño.
Dicha proteína, llamada quinasa TOR-4, es específica de los tripanosomas y su inactivación también induce una reducción del crecimiento del parásito de forma irreversible, lo que no sólo abre una vía pionera para el tratamiento de esta enfermedad, sino que sería extrapolable a otras enfermedades tropicales.
La tripanosomiasis africana humana o enfermedad del sueño es una de las Enfermedades Tropicales Desatendidas (ETD) que causan una significativa morbilidad y mortalidad en el mundo en vías de desarrollo. De forma esporádica, esta enfermedad emerge en proporciones epidémicas en las regiones rurales del África subsahariana, es mortal si no se trata y los medicamentos disponibles actualmente para combatirla son muy tóxicos.
Provocada por la picadura de la mosca tse-tsé que introduce unos parásitos llamados ‘Trypanosoma brucei’, inicialmente los tripanosomas se multiplican en los tejidos subcutáneos, sangre y linfa, pero pueden llegar a invadir el sistema nervioso central al cruzar la barrera hematoencefálica. Además cuentan con un mecanismo cuyo fin es evitar el sistema inmunitario de la persona afectada.
La quinasa TOR-4 es una proteína que regula la actividad de otras proteínas (mediante su fosforilación) y al hacer esto provoca una “cascada de señalización”, es decir, muchas proteínas activando procesos de crecimiento (síntesis de proteínas, de ARN, de lípidos, etcétera). Consecuencia de esto el parásito se multiplica de una forma descontrolada causando la enfermedad.
Según explica el coordinador de este estudio, Miguel Navarro, “lo que se ha comprobado es que cuando inhibimos, es decir, paramos la actividad de esta quinasa TOR-4, conseguimos que la forma infectiva del parásito, que es muy proliferativa (se multiplica a gran velocidad), pase a quedarse en un estado quiescente y detenga su infección”.
Además, “lo más importante” es que este cambio es irreversible, lo que convierte a TOR-4 en una gran diana terapéutica porque frenamos de forma irreversible la señal que hace proliferar al parásito que provoca la enfermedad del sueño”.