Un grupo de investigadores internacionales liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, ha señalado que las ratas son fruto de consecuencias de migraciones de Asia a África.
La revista “Cladistic” fue la responsable de mostrar los resultados del origen de las especies africanas de estos roedores, los cuales son frutos de múltiples fenómenos de propagación desde Asia durante el Mioceno.
Raquel López, investigadora del CSIC del Museo Nacional de Ciencias Naturales, señaló que “los Rhizomyinae presentan actualmente un área de distribución discontinua, ya que solo se encuentran en el Sureste asiático y en el Este de África. Hasta ahora, las relaciones entre los asiáticos, como las ratas del bambú, y los africanos, como las ratas topo, eran un enigma, pero gracias a este estudio hemos podido descifrar su evolución”.
Hasta el momento esta familia de roedores está compuesta por tres géneros: Los asiáticos “Cannomys”/“Rhizomys” y el africano “Tachyoryctes”. A pesar de que se hayan descubierto más de 30 especies, los investigadores señalan que estas ratas tuvieron un pasado floreciente.
El origen de las cinco especies
Los resultados del estudio señalaron que los roedores “Rhizomyinae” son de origen asiático, y que desde allí estos se prolongaron hasta cinco dispersiones. Tres de estas durante el Mioceno inferior y las otras dos durante el superior.
Las tres primeras especies le dieron cabida a los “Prokanisamys” de Libia y a los taxones kenianos “Pronakalimys y “Nakalimys”.
La especie de “Protachyoryctes” apareció en la primera migración de Mioceno, mientras que “Makooka” apareció en la segunda, la cual es el origen de todas las especies africanas actuales.