Se trata del afamado satélite denominado como el “Ferrari del espacio” y está próximo a caer en la Tierra o bien en el agua del planeta, pues los motores se quedaron sin Xenon el 21 de octubre, pero lo inquietante es que nadie sabrá donde caerá esta basura espacial que pesa una tonelada y cinco metros. Cabe recordar que el satélite pasó dos años analizando el campo magnético terrestre. Eso sí, tampoco es para asustarse porque el satélite se destruirá casi en su totalidad una vez que entre en fricción con la atmósfera.