Esta semana fue noticia que el embarazo reduce el cerebro de la madre. A medida que el estómago de la madre aumenta, algunas áreas de su corteza cerebral se deterioran, encontraron los científicos en su estudio.
Sí, eso suena mal. Pero no hay de que preocuparse. De la historia también se deduce que un cerebro más pequeño puede ser más eficiente y especializado. De hecho, los cerebros posteriores al embarazo pueden ser considerados obras de arte evolutivas para responder mejor a las necesidades de los bebés. Los investigadores descubrieron que las regiones cerebrales que más cambian durante el embarazo son las que se activan cuando las madres ven imágenes de sus bebés. El embarazo (y posiblemente el parto) puede hacer que estas redes neuronales sean más lisas y fuertes, ayudando a las mamás a sintonizar con sus bebés.
Con alguien cuyo cerebro se ha encogido al menos una vez, o incluso dos veces (los científicos no saben si el cerebro se vuelve más pequeño con embarazos posteriores), resulta fascinante pensar en esta remodelación. La cuestión persistente, sin embargo, es si esos cambios cerebrales se relacionan con la inteligencia de una madre.
La coautora del estudio, Elseline Hoekzema, neurocientista de la Universidad de Leiden en Holanda, dice que los datos sobre esto son no concluyentes. “No está bien establecido si hay cambios objetivos en la memoria como resultado del embarazo”, dice. Algunos estudios encuentran efectos, mientras que otros no encuentran ninguno. Investigaciones indican que ciertos tipos de memoria pueden verse afectados, dejando a otros sin tocar. En su estudio de las 25 madres, Hoekzema y sus colegas no encontraron ningún cambio de memoria desde el pre-embarazo hasta los meses después de dar a luz. Sin embargo, este estudio no incluye a las mujeres mientras estaban embarazadas.
Lo que es más, la maternidad puede ayudar a mantener el cerebro joven. Cuando se probaron algunos resultados después de 24 meses, ratones que habían dado a luz más jóvenes se comportaron mejor en las pruebas de aprendizaje y memoria que los ratones que no habían dado a luz. Esos resultados sugieren que algo sobre la maternidad, que tal vez la combinación de hormonas y los cambios cerebrales que siguen, pueden proteger el cerebro a medida que se envejece.
A pesar de la literatura científica es no concluyente sobre este tipo de cambios en las mujeres, se piensa que la evidencia sugiere que hay un cambio temporal en la memoria durante el embarazo y el período postparto temprano, seguido no sólo de una recuperación, sino de una mejora real.
El embarazo y la maternidad son eventos dramáticos que pueden cambiar la vida y pueden tener repercusiones duraderas en el cerebro. Y es muy probable que algunas de esas repercusiones sean buenas.
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