Científicos del Lawrence Berkeley National Laboratory modificaron genéticamente un virus inofensivo que es capaz de generar energía cuando se le aplica presión.
Los científicos probaron su descubrimiento con un generador que produce energía suficiente para hacer funcionar una pantalla LCD pequeña. Esta es la primera vez que se logra generar electricidad a partir de las propiedades piezoeléctricas de un organismo biológico, es decir, el virus es capaz de liberar una pequeña carga cuando es sometido a una presión mecánica.
Este descubrimiento podría ser utilizado en un futuro para producir energía derivada de tareas y situaciones cotidianas, como cerrar puertas, caminar, subir escaleras, y también en lugares donde haya frecuente movimiento, como pistas de baile, vibraciones de máquinas pesadas, escaleras de edificios, entre otras, y todo esto sin dañar el medio ambiente.
“Necesitaos investigar más sobre esta nueva forma de hacer energía, pero nuestro trabajo es el primer paso para desarrollar generadores personales, nanodispositivos y otros artículos basados en electrónica viral”, explicó Seung Wuk Lee, cientofico del Laboratorio de Berkeley.
Una de las funciones que se puede utilizar ahora es la carga de celulares mientras uno camina. Se colocan electrodos en la suela de los zapatos y cuando uno comienza a caminar se va generando la energía eléctrica necesaria. El virus, al tener la capacidad de multiplicarse millones de veces deja fuera cualquier posibilidad de quedar sin energía.
Las ventajas de esta forma de producir energía son propias de la vida de este virus llamado M13 bacteriophague: es piezoeléctrico (genera electricidad bajo presión mecánica), es inofensivo para los humanos, es fácil de modificar genéticamente y se multiplica por naturaleza.
“Estamos trabajando en maneras para mejorar estas pruebas iniciales, porque las herramientas de la biotecnología permiten la producción a gran escala de virus genéticamente modificados y los materiales piezoeléctricos hechos a base de virus pueden ofrecer una ruta simple hacia la microelectrónica del futuro”, explica Lee.