Los investigadores han sido capaces de almacenar imágenes individuales en una nube de átomos de rubidio durante varios años. Ahora han dado un paso más al lograr guardar un cortometraje.
Una de las tecnologías permitidas en una Internet cuántica es la capacidad de almacenar y recuperar información cuántica de una manera confiable y repetible.
Una de las maneras más prometedoras de hacer esto consiste en fotones y las nubes diminutas de gas de rubidio. Los atomos de rubidio tienen una propiedad interesante, ya que un campo magnético hace que sus niveles de energía electrónica se dividan, creando una multitud de nuevos niveles. Inhabilitar el campo, causa que los los átomos vuelvan a su estado normal.
Así que una manera de almacenar fotones, y la información cuántica que llevan, es enviarlos en una nube de átomos de rubidio y encender el campo magnético. Si los fotones tienen una longitud de onda que es absorbida por los nuevos niveles electrónicos en el gas, quedan atrapados dentro de ella.
Esto pasa, mientras el campo permanece encendido. Quitar el campo y los átomos se ven obligados a emitir fotones que permitenque la información sea recuperada.
Este descubrimiento sugiere una forma de construir una memoria cuántica.
De hecho varios equipos han pasado los últimos años probando esta técnica y otras relacionadas con ella. Los resultados han sido impresionantes. Se puede almacenar no sólo fotones individuales sino imágenes enteras que se envían en el gas mediante la colocación de una máscara de imagen sobre el haz.
El almacenamiento tiene una duración de decenas de microsegundos y las imágenesse puede recuperar con una precisión que se acerca al 90 por ciento. (La duración de almacenamiento está limitada por el movimiento de los átomos en el gas que elimina las imágenes con el tiempo.)
Usando esta técnica, el grupo codificó y almacenó imágenes de dos letras en la nube. Cuando la información fue liberada, fue grabada por una cámara de alta velocidad, lo que permite el almacenamiento de una película corta en una memoria atómica. Las imágenes se reprodujeron en el orden opuesto en que fueron codificadas, por lo que esencialmente se desplaza hacia atrás, siendo la primera prueba de que varias imágenes se pueden almacenar y recuperar en diferentes tiempos en medios no sólidos. El documento se publicará en un próximo número de la revista Optics Express.
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