Científicos de las universidades de Stanford y Pennsylvania están sentando las bases para desarrollar “capas de invisibilidad”, a través de un dispositivo que combina nanocables construidos a partir de silicio y fina una capa de oro.
Para poder lograr dicho objetivo, el equipo de profesionales ajustó la colocación de los materiales de manera tal de llegar a un punto óptimo de ajuste en que la luz reflejada por ambos elementos se pudiera cancelar entre sí. Con esto se logra una interferencia destructiva capaz de anular la luz y, por lo tanto, hacer invisible un objeto.
Según los científicos, “hemos desarrollado una carcasa de oro cuidadosamente diseñada que es capaz de alterar la respuesta óptica del silicio. La absorción de luz cae ligeramente, pero la dispersión de ésta cae mucho más gracias a este efecto de camuflaje, logrando la invisibilidad”.
La labor desarrollada por los profesionales estadounidenses demostró que el recubrimiento plasmónico funciona perfectamente dentro del espectro de luz visible y con independencia del ángulo de incidencia de la luz o la forma del objeto.
Esta aplicación, que es un gran paso para el desarrollo de los recubrimientos invisibles, también será aprovechada para mejorar los sistemas de diagnóstico a través de imágenes médicas y las cámaras de fotos digitales, ya que se podrá usar dicha propiedad para evitar la obtención de fotografías borrosas.
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