Científicos realizaron un análisis genómico del Plasmodium, microorganismo que causa la forma más letal de la epidemia, y concluyeron que las variaciones en su información genética lo volvieron más resistentes a los tratamientos.
Expertos del instituto Wellcome Trust Sanger y de la Universidad de Oxford estudiaron muestras de sangres extraídas a pacientes africanos y de Ocenanía infectados de malaria por el Plasmodium falciparum.
Con esto, se busca descubrir sus variaciones genéticas que permitan tener un mayor conocimiento a la hora de controlar la epidemia y conseguir tratamientos más eficaces.
“Uno de los principales obstáculos a la hora de controlar de forma efectiva la malaria es que el genoma de su parásito evoluciona continuamente, lo que le permite invadir el sistema inmune de los humanos y desarrollar nuevas formas de resistencia a los fármacos”, detalla el investigador Dominic Kwiatkowski.
Este trabajo, asegura el experto, demuestra que existe una “división clara” entre los parásitos de distintos continentes.
En las muestras recogidas en África, los científicos encontraron un mayor número de modificaciones en el genoma de los parásitos que en aquellas recopiladas en el Sudeste asiático y en Papúa Nueva Guinea.
La mayor diversidad del genoma en África podría deberse, según Kwiatkowski, a que “las poblaciones contemporáneas del Plasmodium tienen orígenes antiguos y surgieron en este continente antes de que los humanos emigraran a otras zonas del planeta y el parásito se extendiera alrededor del mundo”.
El Plasmodium es el parásito causante de una variante de malaria que provoca mayor mortandad entre la población, por lo que ya se está trabajando en una vacuna, la cual se encuentra en su fase final de desarrollo.
Más de un tercio de la población mundial está en riesgo de contraer malaria, enfermedad que afecta anualmente a 216 millones de personas y que cuesta la vida a 650 mil.