El proyecto es llevado adelante por la Universidad de Sidney, la cual busca mejorar los estándares de seguridad en sector minero de América Latina, así como en ámbitos como la agricultura, arqueología e investigación biológica.
Según Eduardo Nebot, director del Centro de Robótica de Campo de la casa de estudios, el accidente protagonizado por 33 mineros de San José hace imperioso que se apliquen nuevas tecnologías para proteger la integridad de los trabajadores.
El científico apuntó que buscan “desarrollar nuevas tecnologías autónomas que permitan reducir las condiciones adversas” y evitar la presencia humana humanos en zonas con riesgo de derrumbes o en áreas de escasa visibilidad por la neblina, la lluvia o la nieve.
Además, trabajan en la creación de tecnología que permita mejorar la búsqueda y extracción de minerales de calidad, reducir el impacto medioambiental yprevenir desastres ecológicos.
El profesor Stefan Williams apuntó que el mayor obstáculo es diseñar un robot capaz de “aprender y entender su entorno y tomar decisiones por sí mismos”, habilidades que consideró necesarias para labores agrícolas.