Las pruebas de comportamiento e interacción realizadas por peces robóticos se vienen desarrollando hace un tiempo. En este campo, se ha registrado un gran avance, ya que se logró que un pez real se sintiera “atraído” por el ejemplar mecánico.
El proyecto, que se está desarrollando de la mano de un equipo de investigadores italianos y estadounidenses, pretende mejorar los estudios que se realizan sobre el comportamiento de los peces y el misterio que envuelve a la formación de los grandes bancos de peces.
Además, los científicos pretenden ser capaces de guiar a los cardúmenes desde un lugar a otro, para que puedan evitar el inminente peligro de manera más efectiva.
Los investigadores diseñaron al ejemplar muy similar a una hembra de pez cebra en edad fértil, con lo que lograron que éste fuera aceptado por los demás peces e incluso que fuera capaz de atraerlos de manera individual y también de manera colectiva.
Esto representa un gran avance, ya que se estarían cumpliendo los principales objetivos propuestos por el equipo de científicos para el proyecto, que consiste en monitorear y controlar el comportamiento de los peces reales con el fin de protegerlos ante eventuales amenazas.
Una de las principales amenazas que podrían prevenir con el correcto funcionamiento del ejemplar robótico es, por ejemplo, evitar los lugares donde hayan ocurrido derrames de petróleo u otros químicos, como también apoyar a la pesca, ya que el pez robot también podría atraer a los peces reales hacia una red de pesca.
Cabe mencionar que los peces robóticos que han sido probados en el mar se han fabricado de acuerdo a la especie en la que se quieren introducir, por lo que, para hacer algo de carácter más global, sería necesario fabricar robots similares a cada especia para así lograr los objetivos esperados.