Gracias al telescopio APEX, ubicado en Chile, los científicos de la Agencia Espacial Europa, lograron observar un quásar con una precisión dos millones de veces mayor al del ojo humano.
Los astrónomos conectaron el APEX, con dos telescopios estadounidenses, el conjunto Submillimeter Array (SMA) en Hawái, y el Submillimeter Telescope (SMT) en Arizona, que actuaron como uno solo, gracias a la técnia de interferometría de base ancha (VLBI).
Esto permitió conseguir la observación directa más precisa hasta la fecha del centro de una galaxia distante, el quásar 3C 279.
La resolución angular de las observaciones alcanzaron 28 microsegundos de arco, es decir, alrededor de ocho mil millonésimas de grado, lo que supone una capacidad para distinguir detalles con una resolución dos millones de veces mayor que la del ojo humano.
El quásar brillante 3C 279 cuenta con un agujero negro supermasivo en su centro, tiene una masa de alrededor de mil millones de veces superior al Sol y su luz tardó cinco mil millones de años en llegar a la Tierra.
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