Un grupo de profesionales de Corea del Sur y EEUU creó un nuevo tipo de piel artificial que es menos complejo, más barato de fabricar y más sensible que otros sensores electrónicos diseñados para imitar la piel humana.
El equipo dice que la idea para su material de medición cepa provino de cómo el cuerpo de los escarabajos, los cuales cuentan con diminutos filamentos en sus alas, les permiten percibir hasta el más mínimo estímulo externo.
Para replicar la habilidad de detección del escarabajo, el equipo conectó una multitud de fibras de polímeros, cada una de 1 micrómetro de largo y alrededor de 100 nanómetros, en una base sólida, formando lo que parecía una pequeña cama de clavos.
Luego creó otra multitud de fibras de plímeros y la ubicó encima de la primera, haciendo que “los pelos” de cada se entremezclara, algo así como empujar juntos dos cepillos para el cabello.
Puesto que cada fibra se revistió con una capa muy delgada de metal, el equipo fue capaz de medir la corriente eléctrica enviada a través de ellos. La cantidad de corriente varió en cada unión dependiendo de la cantidad del cabello que tocaba al otro y que varía en función de estimulación externa.
Con esta disposición, el equipo fue capaz de medir la torsión (movimiento circular), la presión de costos, gastos directos y pureza, que es lo que ocurre cuando el material es sometido a un movimiento lateral, como una suave caricia.
En la prueba de la piel artificial, el equipo encontró que eran capaces de rastrear la trayectoria de un pequeño insecto, ya que hizo su camino a través de su superficie, detectar el movimiento de una gota de agua e incluso el latido sutil de un corazón humano, cuando era colocada contra la piel.
Los investigadores dicen que su método sustituye a los complejos circuitos que otros han utilizado para permitir a los robots “sentir” su entorno con algo que es mucho más sencillo de crear y utilizar.
Además de permitir a los robots ganar una mejor comprensión de su entorno, es posible que la nueva tecnología podría algún día ser utilizada para ayudar a los seres humanos que han perdido la sensibilidad en su piel o mejor, como forma de restaurar la sensación a las personas con extremidades artificiales.
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