Investigadores de la agencia espacial de EEUU están realizando una serie de pruebas en el Kennedy Center para probar un sistema de rotor que se podría utilizar en lugar de los paracaídas y así facilitar el regreso a la Tierra de naves espaciales.
El diseño daría a la cápsula la estabilidad y el control de un helicóptero, pero no necesitaría propulsión. Así, el viento que pasa a través de las aspas hace que la cápsula descienda en un proceso llamado auto-rotación que se ha demostrado en repetidas ocasiones en los helicópteros, pero nunca en naves espaciales.
“El propósito de las pruebas que estamos haciendo es estudiar cómo lograr que el rotor empiece a girar”, dijo Jeff Hagen, ingeniero en el Centro Espacial Johnson en Houston.
La intención es proporcionar un aterrizaje suave con control suficiente como para poder tocar tierra en cualquier parte del mundo, ya se trate de una pista o de la parte superior de un edificio. En otras palabras, siempre que un helicóptero pudiera aterrizar, una nave podría aterrizar también.
“Se puede aterrizar suavemente y se puede aterrizar donde se desee, no tiene por qué ser en el océano”, dijo Meehan. “En comparación con un paracaídas, se obtiene un aterrizaje suave y se obtiene un destino”.
El concepto de rotor también encaja muy bien para aprovechar cohetes gastados, agregó.
En lugar de perder sus valiosos motores, los rotores se podrían construir en el marco de refuerzo del cohete y desplegarse a medida que la etapa desciende a la Tierra. Al igual que con la cápsula, sería controlable en todo el camino y se posaría suavemente para recuperar los motores.