El arácnido, bautizado como Arañanauta después de acompañar a los astronautas en un viaje de 100 días a la Estación Espacial Internacional, falleció poco después de su regreso a la Tierra.
El Museo Nacional Smithsoniano de Historia Natural, lugar donde se encontraba en exhibición desde la semana pasada, confirmó el intrépido explorador había sido encontrado muerto a principios de esta semana, luego que personal calificado completara la verificación previa a la apertura del departamento.
Afortunadamente, el museo dice que la muerte de Nefertiti no fue un suicidio provocado por la depresión post-retorno, sino por causas naturales. La especie Phidippus johnsoni – conocido como araña saltadora roja – puede vivir durante un máximo de un año, en general, aunque la aarañanauta tenía 10 meses de edad.
“Las arañas saltadoras tienen una visión muy buena que utilizan para rastrear y acechar su presa. A diferencia de los tejedores, la araña que salta no teje una red para capturar su comida. Las arañas saltadoras son cazadores”.
“Se mueven durante el día buscando presas. Una vez que se identifica visualmente presa, puede acechar por alguna distancia antes de atraparla. Una vez que la araña saltarina se encuentra muy cerca de su presa, asegurará una línea de arrastre con su seda y luego salta a gran velocidad sobre la presa asegurándola con una mordedura letal. La línea de arrastre actúa como un arnés de seguridad en el caso de la araña deba perder su objetivo”.
“Este experimento tiene por objeto determinar si la araña saltadora altera su técnica de depredación en un ambiente de microgravedad”, indicaba el experimento Spacelab.
“La pérdida de este animal extraordinario que inspiró la imaginación de muchos se sentirá en toda la comunidad de museos”, escribió el museo. “El cuerpo de Neffi se añadirá a la colección del museo de especímenes en la que seguirá contribuyendo a la comprensión de las arañas”.
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