Un nuevo estudio realizado en ratones ha estado investigando cuál es el efecto de la radiación espacial a la cual los astronautas estarían sujetos durante una misión a Marte y cómo podría afectar su cerebro. La NASA espera poner astronautas en la superficie de Marte o en asteroides cercanos a la Tierra en las próximas décadas.
Según el estudio, los investigadores han demostrado por primera vez que la exposición a niveles de radiación equivalentes a una misión a Marte podrían producir problemas cognitivos y acelerar cambios en el cerebro.
Según los investigadores, los cambios que la radiación puede provocar en el cerebro están asociados con la enfermedad de Alzheimer. El autor del estudio es Kerry O’Banion, un neurocientífico de la Universidad de Rochester Medical Center. El problema con las misiones de espacio profundo es que los astronautas están fuera del campo magnético protector de la Tierra que nos protege de las radiaciones nocivas.
Una vez que los astronautas se aventuran fuera de la órbita baja, estarán constantemente bombardeados por los peligrosos rayos cósmicos. Cuanto más tiempo los astronautas están en el espacio, mayor es el riesgo. Esto es preocupante para la NASA, ya que espera enviar astronautas a Marte alrededor de 2035. La ida y vuelta desde y hacia Marte podría tomar por lo menos dos años.
Este estudio investigó un tipo específico de radiación espacial conocida como de gran masa, altas partículas cargadas o HZE. El blindaje a los astronautas de estas partículas potencialmente peligrosas es un trabajo muy difícil, según el estudio. Estas partículas HZE tiene suficiente masa y velocidad que les permite viajar a través de objetos sólidos, tales como naves espaciales y los astronautas en su interior. O’Banion dice que, para proteger a los astronautas de estas partículas en forma eficaz, la nave espacial tendría que ser envuelto en un bloque grueso de 6 pies de plomo o de hormigón.
Los investigadores probaron los ratones utilizando partículas de hierro HZE generados por un acelerador de partículas en el Laboratorio de Radiación Espacial de la NASA. Los ratones fueron dosificados con niveles de radiación comparables a lo que los astronautas podrían recibir durante una misión a Marte. Después de la dosificación de los ratones con la radiación, los roedores fueron sometidos a una serie de experimentos en los que tenían que reconocer los lugares relacionados con descargas eléctricas en los pies. Los investigadores descubrieron que los roedores tratados con radiación eran mucho más propensos a fallar en las pruebas que los que no fueron dosificados. Los ratones dosificados también mostraron signos de inflamación de vasos sanguíneos y niveles anormalmente elevados de beta amiloide, que es una proteína que se acumula como una de las características de la enfermedad de Alzheimer.