Un estudio realizado por científicos de la Universidad de California y la Universidad de Carolina del Norte reveló que ser feliz tiene un impacto positivo en los genes de las personas.
Se trata del tipo de felicidad que viene cuando la gente siente que lleva una vida plena y con sentido (eudaimonía), que estimularía la expresión de perfiles genéticos favorables en las células ligadas al sistema inmune. Haciendo que hayan bajos niveles de inflamación y un aumento del material genético que se vincula con los anticuerpos y moléculas que combaten virus.
Todo lo contrario pasaría con el pasajero placer hedonista, vinculado más al materialismo, el cual hace que la calidad de este tipo de genes baje, repercutiendo en una mayor inflamación y bajos niveles de anticuerpos.
“Los individuos que alcanzan una felicidad hedónica, como ciertos actores y futbolistas famosos, no se sienten psicológicamente ni mejor ni peor que aquellos con felicidad eudaimónica (…) El genoma humano es mucho más sensible de lo que imaginábamos al modo en que alcanzamos la felicidad”, dijo Steven Cole, uno de los autores del estudio.