Mientras caza, el murciélago marrón debe enfocarse en los insectos voladores y estar atento de su entorno para evitar chocar contra objetos. Sus células cerebrales se adaptan para ayudarlos a navegar mientras vuelan.
Ahora, los científicos han echado un vistazo a lo que está sucediendo en el cerebro de estos murciélagos mientras se lanzan en picada. Identificaron una región del cerebro que ayuda a los animales a mapear dónde están los objetos en relación con sus propios cuerpos, y vieron que las células cerebrales individuales cambiaban su comportamiento mientras los murciélagos enfocaban su atención en un objeto en particular.
Estos mecanismos cerebrales ayudan a entender cómo el cerebro responde cuanto es necesario prestar mayor atención a un objeto, con respecto a los otros. Estos mecanismos pueden funcionar erróneamente en personas con TDAH (trastorno de déficit de atención con hiperactividad), una condición que puede incluso continuar en la edad adulta.
Los hallazgos, publicados el 10 de abril en la revista eLife, podrían ayudarnos a comprender ciertos aspectos de los problemas de atención en las personas y cómo los murciélagos y los animales navegan mientras están en movimiento.
Los murciélagos son un buen punto de partida para aprender cómo el cerebro maneja la concentración, porque sus sonidos de ecolocalización pueden revelar exactamente a qué están prestando atención mientras registran su entorno.
Cada vez que hacen un sonido, es como si estuviesen iluminando su entorno. Un murciélago puede ajustar su sonar cuando quiere obtener una mejor “vista” de un elemento en particular.
Al chillar más rápido, el murciélago captura información más detallada.
Se ha estudiado durante décadas cómo cambian sus vocalizaciones para obtener una mejor resolución en el entorno, pero nunca se ha demostrado a nivel neuronal lo que realmente está sucediendo.
Para averiguarlo, se registró la actividad eléctrica en el cerebro de murciélagos marrones, mientras volaban por una habitación.
Mientras los murciélagos esquivaban obstáculos, los científicos registraron todo lo posible.
Al juntar toda esta información, los investigadores pudieron descubrir qué células cerebrales se activaban cuando los murciélagos notaron obstáculos.
Vieron que una región llamada el colículo superior codifica dónde estos objetos se encuentran en el espacio tridimensional a medida que el murciélago se mueve.
Resulta que diferentes neuronas en esta área del cerebro están sintonizadas con diferentes ubicaciones del espacio alrededor del animal.
Entonces, si un murciélago está volando, ciertas neuronas se pueden disparar cuando se acerca a la rama de un árbol que está a su izquierda, y otras distintas si se hubiera dirigido a una rama a su derecha.
Y cuando un murciélago inspecciona un objeto en particular, las neuronas individuales comienzan a comportarse de manera diferente.
A medida que el murciélago chilla más rápidamente, la región del espacio que provoca que las neurona se disparen se reduce.
Cuando el murciélago presta atención a un objeto, la representación de ese objeto se agudiza en el cerebro.
En los humanos, algo similar podría suceder cuando enfocamos nuestra mirada en un objeto para verlo mejor.
Los científicos creen que el colículo superior también ayuda a los animales a reaccionar a la información sensorial que guardan.
Podría inducir a un murciélago a cambiar su trayectoria de vuelo para evitar chocar contra un árbol, o comenzar a chillar rápidamente para capturar más información.
En personas con problemas de atención, los investigadores sospechan que el colículo superior no funciona normalmente, y causa que se distraigan más fácilmente mediante la información sensorial.
Comprender cómo la actividad en esta área del cerebro cambia cuando un animal está tratando de prestar atención podría ayudar a identificar cómo estos procesos pueden ser defectuosos en alguien con TDAH.