Por segunda vez en la historia médica registrada, un paciente con VIH entra en remisión, gracias a un trasplante de células madres. El paciente es VIH positivo desde 2003 y recibió un trasplante de células madre sanguíneas en 2016 como tratamiento para el linfoma de Hodgkin, un cáncer del sistema linfático. Pero estas células madres tienen una particularidad, y es que el donante tiene una mutación que las hace resistentes a una infección por VIH.
Pruebas posteriores durante 12 meses mostraron que el VIH del paciente había caído a niveles indetectables. Así que a los 16 meses, bajo supervisión médica, el paciente dejó de tomar medicamentos antirretrovirales. Desde entonces, ha permanecido en remisión; sus niveles de VIH que miden menos de una copia por mililitro de plasma. El coautor de esta investigación, Ravindra Gupta, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Cambridge, dice que es demasiado pronto para decir que el paciente está curado.
El virus mortal necesita de la proteína CCR5 para poder sobrevivir en el cuerpo humano
El paciente, cuyo nombre permanece anónimo por su voluntad, decidió someterse a un trasplante de células madre para el linfoma de Hodgkin. Entonces los médicos encontraron un donante con un defecto en ambas copias del gen CCR5 . Eso significaba que las células T del donante no podían producir la proteína CCR5. Sin esta proteína la mayoría de las variantes de VIH no pueden entrar y dañar las células. Así que los médicos sospecharon que el trasplante podría detener la infección por VIH.
El caso proporciona “pruebas sólidas para la remisión”, opina Hans-Peter Kiem, un médico que estudia la terapia celular y genética en el Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson en Seattle, quien no participó en la investigación. Pero si bien estos trasplantes son efectivos para detener el VIH, no son una opción para la mayoría de los pacientes con VIH.
El defecto en ambas copias del gen CCR5 es muy difícil de encontrar. Es más probable ver esta mutación en personas de ascendencia caucásica, lo que hace que sea extremadamente difícil encontrar combinaciones de trasplantes para la mayoría de las personas. Pero una alternativa posible es poder manipular la capacidad de las células T propias de un paciente para producir la proteína CCR5.
De hecho, hay algunos estudios clínicos que se han dedicado a probar diferentes métodos para evitar que el CCR5 funcione en los pacientes. “Necesitamos aprender cómo hacer que esto funcione con las propias células de un paciente para que el enfoque esté disponible de manera más amplia”, dice Kiem.
El VIH afecta alrededor de 37 millones de personas en el mundo, según el último censo en 2017. Y 1.8 millones de personas fueron infectadas durante el 2018. La terapia antirretroviral, o TAR, ha ayudado a muchos pacientes a vivir más tiempo al reducir los niveles de virus en la sangre. Pero los infectados con VIH son farmacodependientes de por vida. Así que poder avanzar en estos casos de remisión es una luz al final del tunel para encontrar la cura de este virus que tantas vidas se ha llevado desde finales de los 80.