La primera noticia global que tuvimos del CRISPR en China, fue la del biofísico He Jiankui, quien el año pasado utilizó infamemente al editor del genoma para alterar el ADN de dos embriones humanos que se convertirían en gemelas. Pero la edición de genomas ha crecido rápidamente y ahora está desafiando, y por algunas medidas superando, a los Estados Unidos en el uso de la poderosa herramienta.
Li Jiayang del Instituto de Genética y Biología del Desarrollo en Beijing, es otro científico chino reconocido en este campo. Li luchó durante años para hacer edición precisa de ADN y ahora puede hacerlo de forma rápida con una nueva metodología. China lleva un paso adelante en la edición de genomas, porque está trabajando en este campo desde los 90, y apenas ahora empieza a ver los frutos de las investigaciones.
Aunque Estados Unidos ha tenido la mayor cantidad de publicaciones CRISPR desde 2012, y continúa teniendo los artículos más citados, China ahora ocupa un segundo lugar y está invirtiendo dinero en los usos de CRISPR.
Con el apoyo del Centro Pulitzer, Science visitó científicos en cinco ciudades chinas que están utilizando CRISPR en una amplia gama de disciplinas. Revelaron que los científicos están utilizando el editor en órganos de animales (cerdos) para trasplantarlos a humanos como el objetivo más provocador. China también está explorando la edición del genoma en medicina, con aplicaciones principalmente para el cáncer.
Por su lado, El genetista Wei Wensheng, de la Universidad de Pekín en Beijing, dice que la cultura científica china tiene que analizar detenidamente cómo crea investigadores y como quiere ser percibida. “Lo que no entiendo es por qué quieres ser nombrado el primero de algo horrible o malo. ¿Cuál es el punto?” Wei pregunta.
Yang Hui, del Instituto de Neurociencia de Shanghai, uno de los jóvenes investigadores CRISPR más exitosos del país, espera que China pueda superar el trabajo de edición que realizó He Jiankui para mejorar su juego. Para este científico, no importa cuántos trabajos sobre CRISPR se publiquen, sino aportan nada nuevo ni abren nuevos caminos de investigación. “Nuestra generación debería publicar documentos más innovadores”, dice Yang.
Sin embargo, Yang agrega que ha visto el aumento de calidad “muy rápido” en los últimos 2 años más o menos. Antes, los estudiantes chinos necesariamente emigraban al extranjero para hacer carrera, pero ahora Yang opina que “muchos buenos estudiantes elegirán quedarse aquí debido a las buenas oportunidades. Y tenemos muchos buenos estudiantes trabajando duro”.