Los automóviles son cada vez más inteligentes, ahora incluso algunos modelos pueden conducirse solos. Sin embargo, hay algo que todavía hace falta por parte de los conductores: conciencia social.
Si bien las tecnologías autónomas han mejorado sustancialmente, todavía ven a los conductores a su alrededor como obstáculos formados por unos y ceros, en lugar de seres humanos con intenciones, motivaciones y personalidades específicas.
Pensando en esto, un equipo dirigido por investigadores del Laboratorio de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial (CSAIL) del MIT ha estado probando si los autos autónomos pueden predecir mejor lo que harán otros autos, para poder conducir de forma más segura.
En ese sentido, los investigadores integraron herramientas de la psicología social para clasificar el comportamiento de conducción con respecto a cuán egoísta o desinteresado es un conductor en particular. Usaron la orientación de valor social (SVO) para representar el grado en que alguien es desinteresado (“egoísta”) versus altruista o cooperativo (“prosocial”).
Realizaron pruebas al fusionar carriles y hacer giros a la izquierda sin protección y se demostró que los autos podían predecir mejor el comportamiento de conducción en un 25%. Por ejemplo, en las simulaciones de giro a la izquierda, el automóvil sabía que debía esperar cuando el automóvil que se acercaba tenía un conductor más egoísta, o girar cuando el otro automóvil era más prosocial.
La prueba no es lo suficientemente robusta para implementarse en carreteras reales, pero el sistema podría integrarse a autos que no se conducen solos, como una ayuda.
“Trabajar con y alrededor de los humanos significa descubrir sus intenciones para comprender mejor su comportamiento”, dice el estudiante graduado Wilko Schwarting, autor principal del nuevo documento que se publicará esta semana en el último número de las Actas de la Academia Nacional de Ciencias. “Las tendencias de las personas a ser colaborativas o competitivas a menudo se extienden a cómo se comportan como conductores. En este artículo, buscamos entender si esto era algo que realmente podríamos cuantificar”.
El sistema fue creado por Schwarting, y en la investigación participaron los profesores del MIT Sertac Karaman y Daniela Rus, así como a la científica investigadora Alyssa Pierson y al ex postdoc CSAIL Javier Alonso-Mora.
Los autos autónomos actuales están programados para asumir que todos los humanos actúan de la misma manera, lo que significa que son bastante conservadores en su toma de decisiones en paradas de cuatro vías y otras intersecciones. Ante esto, Schwarting opina:
“Crear un comportamiento más humano en los vehículos autónomos (AV) es fundamental para la seguridad de los pasajeros y los vehículos circundantes, ya que comportarse de manera predecible permite a los humanos comprender y responder adecuadamente a las acciones del AV”.
Esta investigación fue apoyada por el Toyota Research Institute para el equipo del MIT. La Organización Holandesa de Investigación Científica brindó apoyo para la participación específica de Mora.