Según la investigación publicada por la revista científica “The Journal of Experimental Biology”, señalaron que las mandíbulas de los cocodrilos tienen mayor sensibilidad que las yemas de los dedos de los humanos.
Los científicos señalaron que la sensibilidad de sus mandíbulas se debe a que estas son las que les permiten transportar a sus crías de un lado a otro, sin que puedan sufrir algún tipo de problema. También, esto explica el porqué los cocodrilos pueden abrir su gran boca en tan solo unos segundos sin dificultad.
Ken Catania, investigador de la Universidad de Vanderbilt y autor del estudio señalo “”tan pronto como notan que algo les toca, lo muerden. Los cocodrilos no son un ancestro directo de los humanos, pero sí son una vía importante para encajar piezas del rompecabezas evolutivo sobre cómo se han desarrollado los mapas sensoriales”.