Expertos de las universidades de Durham y Lancaster indicaron que los fetos pueden tener la capacidad de bostezar dentro del feto.
Para ello, lograron distinguir el bostezo del no bostezo o la boca abierta a partir de la duración de la apertura de la boca. Durante el estudio se basaron en imágenes de vídeo 4D para examinar todas las veces que los fetos abrían sus bocas.
Nadja Reissland del Departamento de Psicología de la Universidad de Durham, reconoció que la función e importancia de que los fetos bostecen todavía no se conoce, pero los resultados sugieren que podría estar unido al desarrollo fetal y podría proporcionar indicios sobre la salud de los bebés aún no nacidos.
“A diferencia de nosotros, los fetos no bostezan de forma contagiosa, ni bostezan porque tengan sueño”, dijo. “En su lugar, la frecuencia del bostezo en el vientre podría estar ligada a la maduración del cerebro en la gestación”.
El estudio se llevó a cabo con ocho fetos femeninos y siete masculinos de entre 24 y 36 semanas de gestación. Los investigadores encontraron que los bostezos bajaron a partir de las 28 semanas y que no había una diferencia significativa en cuanto a la frecuencia de bostezo según el sexo.