Las conchas de algunos caracoles marinos en los mares que rodean la Antártida se están disolviendo ya que el agua se vuelve más ácida, lo que amenaza la cadena alimentaria, según un estudio publicado en la revista Nature Geoscience.
Los océanos absorben aproximadamente una cuarta parte del dióxido de carbono liberado a la atmósfera cada año, donde los niveles de CO2 en la atmósfera aumentan ante la quema de combustibles fósiles, lo que también repercute en el océano, haciendo los mares más ácidos.
La acidificación del océano es uno de los efectos del cambio climático y amenaza a los arrecifes de coral, los ecosistemas marinos y la fauna.
Las conchas de los caracoles de mar en el Océano Austral se disolvieron brutalmente por la mayor acidez del agua. Y aunque los caracoles no necesariamente mueren, aumentaron su vulnerabilidad frente a los depredadores y la infección que podría afectar a otras partes de la cadena alimentaria.
“Las propiedades corrosivas del agua hace que las conchas de los animales sean severamente disueltos, lo que demuestra cómo los pterópodos son vulnerables”, dijo el autor principal, Nina Bednaršek, de la NOAA.
“La acidificación del océano, como resultado de la adición de dióxido de carbono de origen humano, contribuyó a esta disolución”.
Los caracoles de mar son una fuente importante de alimento para peces y aves, así como un indicador de la salud del ecosistema marino.
Pero hasta ahora, había poca evidencia del impacto de la acidificación de los océanos en tales organismos vivos en su medio ambiente natural y el estudio apoya las predicciones de que la acidificación podría tener un efecto significativo sobre los ecosistemas marinos.
Más detalles en: Reuters