Parece una idea descabellada pero las investigaciones han arrojado que los delitos violentos realmente pueden tener un vínculo peligroso con la exposición de los infantes al plomo.
Los estudios que pretendían vincular el envenamiento por plomo con los crímenes violentos no son nuevos, pero sí los resultados que claramente arrojan evidencia importante de que esto evidentemente puede ser así. En esta oportunidad un artículo que se presentó en el The Guardian prendió las alarmas y le otorgó un espaldarazo a aquellas investigaciones.
Primero, hay que destacar que estudios anteriores ya arrojaron datos trascendentales, como cuando se descubrió que la tasa de violencia en los países desarrollados disminuyó desde el comienzo de la década de los noventa, justo el momento en que se lanzaron póliticas más estrictas para lograr reducir la contaminación por plomo.
Al respecto, el escritor y activista ecológico británico y encargado de la publicación en el The Guardian, George Monbiot, señaló que “ los estudios entre ciudades, estados y naciones, muestran que el incremento y la reducción en el crimen, surgen después del incremento y la reducción en la exposición de los infantes a minúsculas cantidades de plomo”.
Ahora, es necesario también subrayar que la profundización en esta correlación se inició cuando se dieron cuenta que el aprendizaje de los escolares se veía afectado por la cantidad de plomo en el ambiente, derivando luego en el aumento de la violencia.
Por lo mismo y según explica el profesor farmacológico de la Universidad de Tulane, el Luisiana, Estados Unidos, se investigó a un grupo de niños durante décadas: un porcentaje representaba a los altamente expuestos al plomo y el otro a los que nunca se expusieron.
Y sí, tal como se esperaba, cuando adultos los niños que sí se expusieron al plomo presentaron problemas tanto en el colegio como en su desarrollo profesional posterior e incluso algunos de ellos cometían delitos, por lo que escanearon el cerebro de los mismos, encontrando daños en determinadas regiones.
Por supuesto, los mismos investigadores señalan que existe un correlación oculta entre la exposición al plomo y los crímenes violentos, pero que es difícil de comprobar y sostener al considerar que en estas conductas delictuales también influyen otros factores importantes, sean estos géneticos, sociales o económicos. Sin embargo, estos resultados podrían considerarse para tomar reales medidas al respecto.
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