Dar una explicación a todo es lo que busca la ciencia y uno de los enigmas que la mantenía ocupada hasta el momento tenía que ver con ese extraño gran giro que hacen los búhos sin cortar la circulación de la sangre.
Los científicos de la Escuela de Medicina de Estados Unidos, comenzaron a estudiar a los búhos muertos por causas naturales para descubrir el secreto de que lograran girar tanto la cabeza, encontrando que su arteria vertebral pasa por un lugar más arriba que en el resto de las aves.
También, a diferencia de los seres humanos, los búhos tienen conectados pequeños vasos entre las arterias caróticas y vertebrales, permitiendo así que la sangre se intercambie entre los dos vasos sanguíneos, lo que crea un flujo de sangre sin interrupciones en el cerebro, incluso si la ruta se bloquea duranta una rotación extrema del cuello.
En cuanto a por qué no se da esta misma condición en los seres humanos, los científicos explicaron que se debía a que estos son más vulnerables a las lesiones en el cuello, además de tener arterias muy pequeñas que se ramifican.
Específicamente, los investigadores explicaron que “en los humanos, la arteria vertebral realmente abraza las cavidades huecas en el cuello. Pero este no es el caso de los búhos, cuyas estructuras están especialmente adaptadas para permitir una mayor flixibilidad arterial y movimiento”.
En definitiva, la red de soporte vascular de los búhos, con sus interconexiones y adaptaciones, ayuda a minimizar cualquier interrupción en el flujo sanguíeno.
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