Un día antes de Semana Santa un estudio científico dice haber comprobado que la Sábana Santa de Turín no es una falsificación medieval y que de hecho podría haberse utilizado para envolver al cuerpo de Cristo, según las pruebas de infrarrojos a las que se sometió el manto sagrado.
Además, según los últimos estudios científicos, la tela tiene la misma consistencia que las que se utilizaban para enterrar a los muertos en la época de Cristo hace unos 2000 años. Cabe recordar que el lienzo tiene un tamaño de 14 pies de largo y tiene impreso una débil imagen de un hombre alto, barbudo y con manchas de sangre, tanto en la parte delantera como trasera, coincidiendo con las heridas de los pies y las muñecas.
Los autores de este esrudio son Giulo Fanti, experto en medición mecánica y térmica de la Universidad de la Facultad de Ingeniería de Padua, junto al periodista Saverio Gaeta. Ambos examinaron las fibras de la Sábana Santa en tres pruebas, dos químicas y una mecánica. Las primeras se ejecutaron con luz infrarroja, mientras que la última con espectroscopía, un procedimiento clásico a la hora de medir la radiación a través de longitudes de onda y que se utiliza normalmente en la ciencia forense. Como resultado se encontró que, precisamente, la tela cubre los años en que vivió Cristo.
Tampoco hay que olvidar que algunos estudios de carbono 14 indicaron que la manta sagrada es de los años 1260 o 1390, pero otros expertos sugieren que en estas pruebas no se toma en cuenta la posible contaminación con agua y fuego a través del tiempo.
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Porque basar todo en siluetas de tostadas y wafles quemados ya estaba muy usado
Efectivamente, existe el riesgo de que la contaminación de las muestras con materiales
más recientes altere un análisis de radiocarbono, pero no rellenaría satisfactoriamente
el abismo cronológico que media entre el siglo i y el xiv. De hecho, el físico y
sindonólogo Riggi di Numana reconoció, apesadumbrado, que la datación de los laboratorios
era «terrible, pero enteramente verdadera y objetiva» (Igartua, p. 27) y que la contaminación
del lienzo no era explicación suficiente para remontarlo al siglo i.
existen una serie de irregularidades con respecto al sudario que pueden refutar las afirmaciones anteriores una a una:
1- La anatomía del hombre del sudario no es perfecta en lo absoluto. La imagen muestra a un hombre de 1,80m de estatura con una
incorrecta proporción corporal:
Las manos se unen para tapar los genitales; para que un cadáver haga esto, es necesario atarle las manos en esa posición, ya que de lo contrario los brazos caerían hacia los costados dejando expuestos los genitales. En el lienzo no se observa ninguna marca de atadura alrededor de las muñecas.
El cabello cae en los hombros al mejor estilo de las representaciones pictóricas clásicas de Jesús. Esto no es compatible con la posición que adquieren los cabellos de una persona acostada boca arriba ya que en este caso los cabellos caerían hacia la nuca.
En la imagen frontal del sudario se observan las piernas extendidas, pero en la parte posterior se aprecia claramente la huella del pié. Es imposible colocar la planta del pié en contacto con el piso si se tienen las piernas extendidas, para hacer eso hay que flexionar las rodillas; sin embargo, en este caso le doy el beneficio de la duda ya que es algo que podría explicarse debido a fracturas y/o al rigor mortis.
En la parte de la tela donde se supone debería estar el área superior de la cabeza no hay nada, entre la frente y la nuca solo hay 12 centímetros, lo cual es característico de los microcefálicos oanacefálicos.
Si fuera una imagen formada por contacto, se apreciaría una figura deformada. En el sudario no se observan los costados del cadáver, lo cual se debería poder apreciar si fuera una imagen formada por contacto.
Algunos creyentes argumentan que estas anomalías se deben a que Jesús padecía un trastorno genético llamado Síndrome de Marfán… ¿entonces en qué quedamos?, ¿no y que jesús tenía una anatomía “perfecta”?
2- En 1977 se hizo una prueba seria de carbono 14 por parte de un grupo de científicos y se determinó el origen medieval del lienzo. Los creyentes argumentan que la muestra estaba contaminada y aparentemente se efectuó otra prueba que determina su origen en el siglo I, sin embargo es muy difícil encontrar información sobre esta última.
3- Se realizó una prueba de microscopía dirigida por Walter Mc Cron y se observó restos de témpera basada en ocre rojo y bermellón. Por otro lado, algunos expertos en historia del arte afirman que en la edad media existían técnicas artísticas que permitían realizar una pintura sin dejar marcas de pincel o trazos. Sin embargo, se efectuaron otras pruebas con microscopios menos potentes y llegaron a la conclusión de que no habían rastros de pintura; se continúa afirmando que el origen de la imagen es inexplicable citando a otros expertos en historia del arte que afirman que no existe una técnica que no deje ningún rastro de trazos.
4- La imagen que se observa no es un negativo, ya que al tomar una fotografía y observar el negativo, solo se ve un negativo… a menos que la sangre fuera blanca y Jesús fuera un venerable anciano de cabello blanco y piel oscura. Esto no tiene sentido.
• Walter C. McCrone, cabeza de un instituto de investigación de Chicago y un especialista en autenticar objetos de arte, examinó el sudario. Él halló una sustancia pálida basada en gelatina, salpicada con partículas de ocre rojo sobre fibras de la parte de la tela que supuestamente mostraba la figura de Cristo. Él también encontró que fibras de las “heridas” tenían manchas, no de sangre, sino de partículas de un bermellón sintético en la Edad Media. Él dijo que la práctica de pintar lino con témperas basadas en gelatinas comenzó a finales del siglo trece y fue común en el catorceavo. Él concluyó que un artista del siglo catorce había forjado el sudario