¿Se puede heredar la pobreza? Desde luego, y puede tener un impacto mucho más relevante que solo en nuestra cuenta bancaria, hablamos de nuestros genes. Algunas investigaciones anteriores han demostrado que el estatus socioeconómico representa un factor determinante muy poderoso que se relaciona con nuestra salud y con la enfermedad. ¿Pero cómo puede ser esto posible? En el siguiente post te decimos por qué la pobreza deja huellas en nuestros genes.
La pobreza deja huellas en nuestros genes
La desigualdad social es claramente un asunto estresante para las poblaciones humanas en todo el mundo. Los bajos logros educativos y los ingresos pueden ser capaces de predecir un mayor riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes, muchos tipos de cáncer y enfermedades infecciosas. Además, un bajo estatus socioeconómico se asocia con procesos fisiológicos que contribuyen al desarrollo de enfermedades como la inflamación crónica, la resistencia a la insulina y la desregulación del cortisol. Así lo ha demostrado un nuevo estudio de la Universidad Northwestern, el cual desafía las interpretaciones prevalecientes de los genes como características inmutables de la biología que se fijan en la concepción.
En este estudio, los investigadores encontraron evidencia de que la pobreza puede incrustarse en amplias franjas del genoma. Descubrieron que un estado socioeconómico más bajo está asociado con los niveles de metilación del ADN (ADNm), una marca epigenética clave que tiene el potencial de dar forma a la expresión génica en más de 2.500 sitios y en más de 1.500 genes. En otras palabras, la pobreza deja una marca en casi el 10 % de los genes en el genoma.
El autor principal, Thomas McDade, dijo que esto es significativo por dos razones:
“Primero, hemos sabido por mucho tiempo que el sistema socioeconómico (SES) es un poderoso determinante de la salud, pero los mecanismos subyacentes a través de los cuales nuestros cuerpos recuerdan las experiencias de pobreza no se conocen”.
En segundo lugar, dijo McDade, quien también es miembro de la facultad del Instituto de Investigación de Políticas de Northwestern, las experiencias en el curso del desarrollo se incorporan al genoma, para dar forma literal a su estructura y función. “No hay naturaleza ni nutrición”, señaló.
McDade dijo haberse sorprendido al encontrar tantas asociaciones entre el estado socioeconómico y la metilación del ADN, en un número tan grande de genes. “Este patrón resalta un mecanismo potencial a través del cual la pobreza puede tener un impacto duradero en una amplia gama de sistemas y procesos fisiológicos”, destacó.
Se necesitarán estudios de seguimiento para determinar las consecuencias para la salud de la metilación diferencial en los sitios que identificaron los investigadores, pero muchos de los genes están asociados con procesos relacionados con las respuestas inmunes a la infección, el desarrollo esquelético y el desarrollo del sistema nervioso.
“Estas son las áreas en las que nos centraremos para determinar si la metilación del ADN es realmente un mecanismo importante a través del cual el estatus socioeconómico puede dejar una huella molecular duradera en el cuerpo, con implicaciones para la salud en el futuro”, dijo McDade.