Muchas personas saben que el tirón gravitatorio de la luna con relación a la Tierra impulsa las mareas y, con ellas, los ciclos de vida de diversas criaturas. Sin embargo, la luna también influye en la vida salvaje con solamente su luz. Explicamos cómo la luna afecta el comportamiento de algunos animales.
Cómo la luna afecta el comportamiento de algunos animales
Para las personas que viven en ciudades con luces artificiales, puede ser difícil imaginar cómo la luz de la luna puede cambiar dramáticamente el paisaje nocturno. En la naturaleza, lejos de cualquier luz artificial, la diferencia entre una luna llena y una luna nueva (cuando la luna nos parece invisible) puede ser la diferencia entre poder caminar afuera sin una linterna y no poder ver la mano delante de nuestra cara.
Ante esto, los animales también son afectados. La presencia o ausencia de la luz de la luna, junto con los cambios predecibles en el brillo a lo largo del ciclo lunar, pueden moldear la reproducción, la comunicación y otros aspectos del mundo de un animal.
“La luz es posiblemente, uno de los impulsores ambientales más importante de los cambios en el comportamiento y la fisiología de los animales”.
Dice el ecologista Davide Dominoni de la Universidad de Glasgow en Escocia.
Los investigadores han estado catalogando los efectos de la luz de la luna en los animales durante décadas y continúan marcando nuevas conexiones. Varios ejemplos recientemente descubiertos revelan cómo la luz lunar influye en el comportamiento de diversos animales, a continuación te los décimos.
Primeramente están los leones del Serengeti en Tanzania lo cuales son acosadores nocturnos. Estos, tienden a ser más exitosos en emboscar animales (incluidos los humanos) durante las fases más oscuras del ciclo lunar. La razón, es porque esta les sirve de guía para ser más precisos a la hora de alcanzar a su presa ya que algunas de estas presas siguen ciertos parámetros para intentar escaparse de sus garras (también por el ciclo lunar) y los leones parecen saberlo.
Seguidamente están los Ñus, las cebras, las gacelas y los búfalos, estas cuatro especies de animales suelen estar constantemente amenazados por leones. Pero cada uno de ellos tienes sus propios medios de defensa a partir del ciclo lunar.
Por ejemplo, los ñúes comunes que constituyen una tercera parte de la dieta del león, son los que están en mejor con el ciclo lunar. Durante las partes más oscuras del mes, se estacionan en un área más segura. Sin embargo a medida que las noches se hacen más brillantes, los ñus se aventuran en lugares peligrosos donde es probable que se crucen con leones.
Otro ejemplo son los búfalos africanos. Estos animales son las presas más formidables de los leones pero a medida que se oscurecen las noches, los búfalos forman manadas ya que saben que pastar en grupo le ofrece más seguridad.
En el caso de las cebras y las gacelas, estas reaccionan más directamente a los niveles de luz cambiantes de la luna durante la noche. Las gacelas por un lado se vuelven más activas después de que sale la luna. Las cebras en cambio hacen sus cosas antes de que la luna salga. Puede parecer un comportamiento arriesgado, pero ser impredecible podría ser una estrategia de defensa de las cebras para mantener a los leones adivinando sus próximos movimientos.
Estos escenarios que se desarrollan en el Serengeti realmente demuestran los efectos de gran alcance de la luz de la luna. Se trata de una historia hermosa, un ejemplo muy claro, de cómo la presencia o ausencia de la luna puede tener impactos fundamentales a nivel del ecosistema.