Un nuevo sistema sensible al contexto para robots ha demostrado ser más eficiente porque puede reconocer a los compañeros de trabajo y sus formas corporales, e incluso predecir sus movimientos.
El contexto es sumamente importante para trabajar de forma segura. Se entiende como contexto la posibilidad de comprender el entorno laboral y las circunstancias, y poder predecir lo que harán otras personas a continuación. El nuevo sistema de robot tiene la capacidad de comprender este nivel de contexto y está pensado para trabajar en fábricas con movimientos fluidos y sin interrupciones.
Este sistema robótico no solo distingue la distancia entre él y sus compañeros de trabajo humanos, sino que puede identificar a cada trabajador con el que trabaja, así como el modelo de esqueleto de la persona, que es un resumen del volumen corporal, dice Hongyi Liu, investigador del KTH Royal Institute of Technology.
Con toda esta información, el sistema es más sensible al contexto y en consecuencia puede reconocer la pose del trabajador e incluso predecir la siguiente pose. Estas habilidades proporcionan al robot un contexto del que debe ser consciente mientras interactúa.
Este sistema opera con inteligencia artificial y requiere menos potencia computacional y conjuntos de datos más pequeños que los métodos tradicionales de aprendizaje automático. En su lugar utiliza una forma de aprendizaje de transferencia que reutiliza el conocimiento desarrollado a través de la capacitación antes de adaptarse a un modelo operativo.
Este es un diseño de sistema colaborativo en conformidad con los requisitos actuales de la Organización Internacional de Normas (ISO), pensado para las industrias y fábricas.
“Según la norma ISO y la especificación técnica, cuando un humano se acerca a un robot, este se ralentiza y, si se acerca lo suficiente, se detiene. Si la persona se aleja, se reanuda. Ese es un nivel bastante bajo de conciencia del contexto”, dijo Liu.
“Pone en peligro la eficiencia. La producción se ralentiza y los humanos no pueden trabajar en estrecha colaboración con los robots”, agrega.
Liu compara su robot sensible al contexto con un automóvil autónomo que puede leer cuánto tiempo ha estado rojo un semáforo y anticipa moverse nuevamente. En lugar de frenar o reducir la marcha, comienza a ajustar su velocidad navegando hacia la intersección, evitando así un mayor desgaste de los frenos y la transmisión. Así que el objetivo de este tipo de robots es no ralentizar la producción tras la intervención humana.
La investigación fue publicada en la edición reciente de Robotics and Computer-Integrated Manufacturing, que participó en dicha investigación con el profesor de KTH Lihui Wang. Asimismo, esta investigación fue una extensión del proyecto de Ensamblaje Colaborativo del Robot Humano Simbiótico, que se completó en 2019.