Un dispensador de medicamentos cuyo tamaño no supera las dimensiones promedio de un pendrive, podría ser implantado dentro de su cuerpo y ser controlado de forma totalmente inalámbrica.
En el futuro, los dispensadores computarizados e implantables reemplazarán los viajes a la farmacia o a la oficina de su médico, estos dispositivos integrados en nuestros cuerpos nos suministrarán automáticamente medicamentos a la sangre.
En un nuevo estudio realizado, que involucra a mujeres con osteoporosis, se les implantó un microchip controlado de forma inalámbrica que les permitió mantener un régimen diario de sus medicinas, trabajando de igual manera, si es que no mejor, que una inyección diaria. Los investigadores dicen que esto podría ser una solución elegante para los que tengan alguna prescripción a largo plazo con sus medicamentos, ya que no tendrían que recordar que deben tomar su medicina, y los médicos serían capaces de ajustar la dosis con una simple llamada telefónica o ingresando algún comando por computador.
El equipo decidió trabajar con pacientes con osteoporosis debido a que la enfermedad y el medicamento usado para su tratamiento presentaban características especiales, requiriendo una inyección diaria para que éste trabaje como se debe, lo que implica que cerca del 75% de los pacientes renuncian al tratamiento.
Entre otras cosas, el equipo se tuvo que preocupar de detalles como por ejemplo, asegurar que el dispositivo no pueda ser vulnerado. Los chips se comunican por una frecuencia especial, existiendo un enlace de comunicación bidireccional entre el chip y el receptor que permite la carga de información sobre el estado del implante, incluyendo confirmación de la dosis a administrar, y la duración de la batería. Un paciente o un médico deberá ingresar un código especial para administrar o cambiar la dosis, dijo Robert Langer, uno de los co-autores.
Este dispositivo podría incluso utilizarse como implante para sensado médico, ya que por lo general estos dispositivos tienden a degradarse una vez que están dentro del cuerpo, lo que implica que dispositivos que miden el nivel de azúcar en la sangre o ciertos anticuerpos pierden su efectividad, pero un chip con múltiples sensores duraría mucho más.
La meta final es crear un chip que combine el sensado y la distribución de medicamentos, es decir, una máquina implantable que realice su diagnóstico y entregue su propia terapia.
Vía PopSci