Especialistas del Instituto de Tecnología de California y la Universidad de Harvard desarrollaron una medusa en base a un molde de silicona y células del músculo cardíaco de ratones de laboratorio.

Para lograr que ésta nadara, aplicaron una corriente eléctrica que le permite desplazarse con contracciones sincronizadas parecidas a la de una medusa real.

Con esto, se abre un nuevo flanco en la investigación y desarrollo de órganos musculares y formas simples de vida, llamado “vida sintética”.

Los investigadores indicaron que trabajaron por años para entender las variables que ayudan a la propulsión de las médicas, entre ellas la labor de sus músculos, cómo se relajan sus cuerpos y la circulación de los fluidos.

Tras esto, eligieron silicona para crear el cuerpo y las extremidades e imprimieron en ellos un patrón hecho de proteínas para permitir el crecimiento de células cardíacas, de modo que se desarrollaran en un músculo coherente para los movimientos asociados con la acción de nadar.

“Me sorprendió que con relativamente pocos componentes fuimos capaces de reproducir un patrón de nado bastante complejo, así como comportamientos de alimentación propios de las medusas biológicas”, afirmó John Dabiri, profesor de aeronáutica y bioingeniería de Caltech.

Los investigadores ahora pretender que esta medusa artificial pueda virar y moverse en una dirección específica, junto con incorporarle un cerebro.

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