Según las investigaciones, los clorofluorocarbonos (CFC), presentes en aerosoles y sistemas de refrigeración, no serían lo únicos causantes del inmenso agujero en la capa de ozono presente en el continente blanco.

Científicos de diversos centros de estudios e instituciones educacionales de España –entre ellos del Instituto de Ciencias Matemáticas (ICMAT), La Universidad Carlos III (UC3M) y la Universidad Complutense de Madrid (UCM)- lograron desarrollar un método matemático capaz de identificar la ruta que siguen las partículas en el cinturón de grandes vientos que cruzan la Antártica, lo que podría causar el ensanchamiento del agujero.

Este intercambio de partículas se lleva a cabo en los vientos huracanados, llamados en conjunto vórtice polar antártico, que rodean todo el continente poseen en su interior una baja carga de ozono, y en su exterior altas cantidades. Esto produce reacciones químicas que contribuyen a mantener las gélidas temperaturas y desencadenan la destrucción de la capa.

El método desarrollado por los españoles logra determinar la estructura dinámica del vórtice y sus variables, con lo que se puede determinar la trayectoria de las partículas destructivas.

Con esta base se puede concluir que el polémico CFC –Clorofluorocarbono- presente en gran cantidad de aerosoles, pinturas y sistemas de refrigeración, que tienen una persistencia en la atmósfera de entre 50 y 100 años –lo que no deja de ser dañino- no sería el único causante del desgaste de la vital capa de ozono.

Al respecto, Álvaro Cámara, uno de los autores del estudio, indicó que “tradicionalmente el transporte de partículas se ha estudiado calculando sólo las trayectorias de las masas de aire. Nosotros hemos proporcionado la descripción de su estructura dinámica, lo que nos ayudará a entender mejor los mecanismos físicos que subyacen a este fenómeno”, concluyó el científico.

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