Investigadores de la Universidad de Cardiff en conjunto con la OTAN trabajan en mejorar la protección contra esta bacteria utilizada como una de las principales armas del bioterrorismo.

Científicos de la universidad galesa de Cardiff trabajan en una nueva vacuna contra el ántrax, peligrosa bacteria también conocida como carbunco que, por su fácil contagio y capacidad de atacar tanto el sistema digestivo como el respiratorio y la piel, causando en gran parte de los casos consecuencias fatales, es una de las armas favoritas del bioterrorismo.

“Los ataques en el servicio postal de Estados Unidos en 2001 pusieron de manifiesto la vulnerabilidad de las poblaciones civiles y subrayaron la necesidad de desarrollar tácticas médicas de defensa rápidas y robustas para combatir la amenaza del uso terrorista de este organismo”, señaló a la BBC el profesor Les Baillie, de la escuela de farmacia y ciencias farmacéuticas, justificando el desarrollo de este elemento de prevención.

Para tal efecto, los investigadores fueron a Turquía, donde esta enfermedad se contagia de forma natural a través de una bacteria que está en las pezuñas de animales como las ovejas, para comenzar a experimentar con la aislación del organismo para generar una vacuna, aplicarla a los habitantes y observar cómo se comportan las infecciones, lo que, según el científico, asegura la aplicación ética de la vacuna experimental.

Actualmente, el carbunco se combate mediante un tratamiento temprano con antibióticos, mientras que la poco efectiva vacuna se les aplica a soldados y personas expuestas a la enfermedad en los lugares del planeta en los que es posible contagiarse por vías naturales.

Cabe destacar que recientemente en el Reino Unido la enfermedad se ha hecho presente en adictos a la heroína que han consumido esta droga contaminada con el ántrax proveniente de los lugares donde se elabora.

Vía BBC

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