Investigadores del Colegio de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania se valieron de una técnica de imágenes cerebrales llamada resonancia magnética funcional (fMRI) para medir el mapa de activación aparentemente único de la visión en el cerebro de un individuo.

Pero para realizar un fMRI se requiere mirar a una pantalla intermitente durante varios minutos, para así poder medir la actividad cerebral, lo cual es una imposibilidad para las personas ciegas.

Ahora, el equipo ha resuelto este problema mediante la búsqueda de una descripción matemática común entre las personas de la relación entre la función visual y la anatomía del cerebro.

Al medir la anatomía del cerebro aplicando un algoritmo, podemos predecir con precisión cómo debería estar dispuesto el mundo visual de una persona en la superficie del cerebro”, afirma el autor principal, Geoffrey Aguirre, profesor asistente de Neurología.

Los investigadores combinaron medidas tradicionales de resonancia magnética funcional de la actividad cerebral de 25 personas con visión normal, y después identificaron una relación estadística exacta entre la estructura de los pliegues del cerebro y la representación del mundo visual.

“Parece que el área visual del cerebro tiene una forma y tamaño diferente en cada persona”, señala el coautor Noah Benson, quien añade que “sobre la base de estudios previos de regularidades en la anatomía del cerebro, observamos que estas diferencias individuales desaparecen cuando son examinadas con nuestra plantilla matemática”.

El nuevo mapa puede, entre otras cosas, guiar los esfuerzos para restaurar la visión usando una prótesis neural que estimule la superficie del cerebro.

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