Investigadores españoles que se encontraban en una excavación arqueológica en Roma, lograron determinar 2.056 años después el lugar exacto donde fue asesinado Julio César.

El descubrimiento tuvo lugar en la Curia de Pompeyo, donde los investigadores encontraron una estructura rectangular de hormigón construida años después de su muerte por orden de su hijo adoptivo y sucesor, Augusto, para condenar el asesinato.

El investigador del Instituto de Historia del Centro de Ciencias Humanas y sociales del CSIC, Antonio Monterroso, explicó que “siempre se supo que Julio César fue asesinado en la Curia de Pompeyo el 15 de marzo del 44 A.C.” gracias a los textos clásicos. Sin embargo, este es el primer testimonio material encontrado en relación al asesinato.

El monumento consiste en una estructura rectangular compuesta de cuatro muros que contienen un relleno de hormigón situada justo en el centro del fondo de las ruinas de la Curia de Pompeyo. Ese mismo punto del recinto sería el lugar exacto desde donde Julio César estaba presidiendo la sesión del Senado, sentado en una silla, en el momento en que fue apuñalado.

Monterroso ha subrayado el atractivo del descubrimiento en un sentido “cívico y ciudadano” dado que miles de personas toman hoy el autobús y el tranvía o acuden a representaciones en el teatro principal de la ciudad “justo al lado” de donde hace 2.056 años fue apuñalado Julio César, hecho que, según ha recordado, “ha sido tantas veces representado en la pintura historicista y en el cine”.

Los investigadores no han determinado todavía si la estructura hallada podría haber servido además para cerrar el acceso al recinto años después. Las fuentes clásicas aluden a la clausura del pórtico, para pasar a convertirse en una capilla memorial del general.

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