Según un estudio realizado por el Instituto Australiano de Ciencias Marinas (AIMS), el conocido arrecife ya perdió la mitad de su cobertura en los últimos 27 años, producto de la acción de tormentas, estrellas de mar y el blanqueamiento.
El análisis remarca que si la tendencia se mantiene, la cobertura de coral podría reducirse a la mitad, otra vez, en 2022. En cuanto al patrón de disminución varía entre regiones. En la parte norte de la Gran Barrera de Arrecifes el coral se ha mantenido relativamente estable, mientras que en las regiones del sur la pérdida de coral ha sido más dramática, sobre todo en la última década.
“Los datos muestran que los arrecifes pueden recuperar su cobertura de coral después de estos sucesos, pero la recuperación tarda entre 10 y 20 años”, señaló uno de los autores, Hugh Sweatman, quien apuntó que, actualmente, “los intervalos entre las perturbaciones son generalmente demasiado cortos para una recuperación completa, y esto causa pérdidas a largo plazo”.
El autor principal del estudio, John Gunn, ha señalado que “el estudio muestra que, en ausencia de la corona de espinas, la cobertura de coral se incrementaría en un 0,89 por ciento al año”.
“En la investigación se ha intentado comprender el ciclo de vida de la corona de espinas, para poder predecir y reducir su población”, argumentó.
En este sentido, Gunn apuntó que “no se puede hacer nada contra las tormentas pero tal vez se pueda detener a la estrella de mar. Si lo logramos, La Gran Barrera tendrá más oportunidades de adaptarse a la temperatura del mar y la acidificación del océano”.