El organismos internacional, a través de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, citó en Ginebra a las empresas tecnológicas, oficinas de patentes y reguladores para debatir sobre la realización de cambios para evitar que las disputas por la propiedad industrial asfixien la innovación.
El debate se centra en cómo garantizar que las licencias en tecnologías críticas sean concedidas en términos razonables. Representantes de Apple, RIM y Motorola, entre otros participantes, muestran sus puntos de vista sobre una guerra cruzada de patentes que enfrenta a los principales fabricantes de teléfonos móviles a escala mundial.
Hay múltiples ejemplos de lo que se denominan patentes FRAND (justas, razonables y no discriminatorias, por sus siglas inglesas), como la tecnología que impediría el acceso a las fotografías en formato JPEG o la que permite la conexión a una red de tercera generación (3G) desde un teléfono móvil.
Cuando una patente se registra como FRAND, su titular debe autorizar a terceros a que utilicen esta innovación y aceptar una licencia donde su precio no sea excesivo. El objetivo es evitar que estos aparatos se conviertan en objetos prohibitivos por su elevado coste.
“Estamos viendo una indeseable tendencia en el mercado actual para utilizar los estándares y patentes esenciales para bloquear mercados”, aseguró el secretario general de la organización.