Atmósferas de mundos en otros sistemas solares podrían revelar indicios de actividad biológica extraterrestre.
Nuestra galaxia está llena de planetas. Durante los últimos 25 años, los astrónomos han catalogado cerca de 2.000 mundos de 1.300 sistemas repartidos por todo nuestro vecindario estelar. Mientras que la mayoría de estos exoplanetas se parece en nada a la Tierra , la cantidad de mundos implica la posibilidad de vida extraterrestre.
No se ha explorado todos los rincones de nuestro sistema solar. La vida podría estar debajo de la superficie de algunos satélites helados o en el suelo de Marte. Para este tipo de lugares, posiblemente se podrían visitar y para comprobar los hallazgos. Pero no podemos viajar a mundos que orbitan a decenas de años luz de distancia. Una civilización extraterrestre avanzada podría transmitir señales de radio detectables, pero la vida primitiva no sería capaz de anunciar su presencia con el cosmos.
En la Tierra, la vida altera la atmósfera. Si las plantas y fauna no estuvieran para seguir produciendo oxígeno y metano, estos gases se desvanecerían rápidamente. Agua, dióxido de carbono, metano, oxígeno y ozono son ejemplos de “firmas biológicas,” marcadores clave de un planeta que podría tener vida tal como la conocemos. Dejando a un lado las preguntas acerca de cómo podría ser la vida extraterrestre reconocible, la detección de firmas biológicas en la atmósfera de un exoplaneta daría a los astrónomos el primer indicio de que no estamos solos.
Biofirmas no son prueba de los ecosistemas florecientes. La luz ultravioleta del sol de un planeta puede cambiar las moléculas de agua y crear una reserva de oxígeno y el filtrado de agua de mar a través de rocas puede producir metano. “Nunca vamos a ser capaces de decir el 100 por ciento que un planeta tiene vida”, dice Sarah Rugheimer, astrofísico de la Universidad de St. Andrews, en Escocia. Sin embargo, los astrónomos esperan que, dada la suficiente información sobre un exoplaneta y la estrella que orbita, se puede construir un caso para un mundo donde la luz solar y la geología no son suficientes para explicar su química. Encontrar un planeta similar a la Tierra probablemente este aún a décadas de distancia, pero gracias a los próximos telescopios, los astrónomos podría estar al borde de ver mundos habitables alrededor de estrellas cercanas.
El satélite de tránsito de Exoplanetas de la NASA, o TESS, pondrá en marcha en 2017 una búsqueda para detectar muchos de los exoplanetas que orbitan alrededor de las estrellas más cercanas a nosotros. Un año después, el telescopio espacial James Webb empezará a mirar dentro de algunas de estas atmósferas recién descubiertas. Con sus habilidades combinadas, TESS y James Webb pudieron identificar planetas cercanos que son buenos candidatos para la vida. Estos mundos probablemente serán bastante diferentes de la Tierra, un poco más grandes y orbitan soles débiles, pero algunos investigadores esperan que unos pocos ofrezcan pistas de biología extraterrestre.
Más información: Science News