Al examinar la genética de casi 80.000 personas, los investigadores han descubierto 40 genes que pueden hacer que algunas personas sean más inteligentes. Eso lleva al número total de sospechosos de “genes inteligentes” a 52.
Combinados, estos atributos genéticos explican sólo una cantidad muy pequeña de inteligencia general, o falta de la mismos, escriben los investigadores online el 22 de mayo en Nature Genetics. Pero el estudio de estos genes, muchos de los cuales desempeñan papeles en el desarrollo de células cerebrales, en última instancia, puede ayudar a los científicos a entender cómo la inteligencia se construye en los cerebros.
Históricamente, la investigación de inteligencia ha estado sumida en controversia, dice el neurocientífico Richard Haier de la Universidad de California en Irvine. Los científicos estaban en desacuerdo sobre si la inteligencia podía medirse realmente y de ser así, si los genes tenían algo que ver con los rasgos, en contraposición con la educación y otras experiencias de vida. Pero ahora “estamos a muchos años luz de eso, como se puede ver en estudios como este”, dice Haier. “Esta es una noticia muy emocionante y muy positiva”.
Los resultados fueron posibles sólo debido al número gigantesco de personas estudiadas, dice el coautor del estudio Danielle Posthuma, una genetista en la Universidad de VU Amsterdam. Ella y sus colegas combinaron datos de 13 estudios anteriores sobre inteligencia, algunos publicados y otros no publicados. Posthuma y su equipo buscaron vínculos entre puntajes de inteligencia, medidos de diferentes maneras en los estudios, y variaciones en los libros de instrucción genética de 78.308 niños y adultos. Llamado un genoma entero de estudio de asociación o GWAS, el método busca signos de que ciertas peculiaridades en los genomas de las personas están relacionados con un rasgo.
Esta técnica señaló versiones particulares de 22 genes, la mitad de los cuales no se sabía previamente si tienen un papel en la capacidad intelectual. Una técnica diferente identificó 30 genes más de inteligencia, sólo uno de los cuales se había encontrado previamente. Muchos de los 40 genes recientemente vinculados a la inteligencia se cree que ayudan con el desarrollo de células cerebrales. El gen SHANK3, por ejemplo, ayuda a las células nerviosas a conectarse con otras.
En conjunto, las variantes genéticas identificadas en el GWAS representan sólo alrededor del 5 por ciento de las diferencias individuales en inteligencia, estiman los autores. Esto significa que los resultados, si se confirman, explicarían sólo una parte muy pequeña de por qué algunas personas son más inteligentes que otras.
Fuente: Nature Genetics