En publicaciones y documentales recientes se ha planteado la hipótesis sobre una antigua migración transatlántica que podría significar que antiguos europeos o antiguos israelitas contribuyeron a la población de los nativos americanos, a menudo llamada como “Colón de la Edad de Hielo.”
Sin embargo, Jennifer Raff, profesor de la Universidad de Kansas de antropología, dijo que los datos mitocondriales y genómicos que los científicos han recuperados no son compatibles con una onda tan temprana de migrantes.
“Esa hipótesis sólo está apoyada por una pequeña minoría de la comunidad arqueológica, pero sin embargo atrae un montón de atención por parte de las personas que tienen un interés casual en la arqueología americana”, dijo Raff, el autor principal de un artículo que será publicado próximamente. “Cuando se resumen los resultados genéticos que tenemos, no encontramos nada que sea consistente con estas migraciones transatlánticas.”
Los científicos llegaron a la conclusión debido a que los datos genéticos que se han recuperado hasta la fecha sólo soportan una migración desde Siberia hacia las Américas y no muestra evidencia de migraciones anteriores de antiguos israelitas o habitantes de lo que hoy es Europa. Dentro de los próximos meses, el artículo estará a disposición del público a través de un journal de acceso abierto, dice el Profesor Raff.
Los datos genéticos del argumento reciente para esta migración hipotética se debe a la presencia del haplogrupo mitocondrial X2a en las poblaciones americanas nativas proporcionando evidencia para el antiguo flujo de genes de Europa o el Medio Oriente en América desde el trasatlántico. La hipótesis sugiere que la cultura norteamericana Clovis fechada aproximadamente hace 13.000 años descendía directamente de la cultura solutrense del suroeste de Europa fechada aproximadamente en 23.000 años antes del presente.
Sin embargo, los autores del nuevo artículo afirman que en el análisis de todos los estudios genéticos recientes de los primeros nativos americanos no encontraron nada coherente con una posible migración transatlántica temprana. Por ejemplo, la reciente publicación del genoma completo de 8500-años de edad, del llamado hombre de Kennewick, y que se encuentró en el estado de Washington en 1996, demostró que pertenecía al haplogrupo X2a pero no tenía indicación de reciente ascendencia europea a lo largo del resto de su genoma.
Además, la mayoría de los antropólogos y arqueólogos la consideran una coincidencia, sobre todo porque la evidencia genética hasta el momento no parece apoyar una temprana migración transatlántica.
Raff dijo que era importante examinar con precisión el poblamiento de las Américas, sobre todo porque muchas veces en la historia de América los que favorecen la idea de una influencia europea sobre los nativos americanos han utilizado este argumento para quitarles su soberanía tribal y logros culturales.
Fuente: Universidad de Kansas