Una nueva investigación reveló que una línea genética ininterrumpida de parientes humanos, poderosamente construidos y con una mandíbula sobresaliente, habitó Europa durante al menos 80.000 años, hasta que se extinguió hace unos 40.000 años. Se trataba de los neandertales, que según estos detalles, tenían resistencia evolutiva.
El ADN extraído de fósiles de dos neandertales europeos de aproximadamente 120.000 años de antigüedad muestra vínculos genéticos más cercanos a los neandertales europeos de 40.000 años, respecto a un neandertal siberiano que también vivió hace unos 120.000 años, dicen el paleogenetista Stéphane Peyrégne y sus colegas.
Los investigadores concluyen que los neandertales posteriores en Europa y Asia occidental remontan al menos parte de su ascendencia a los neandertales con este ADN.
Algunos científicos habían señalado que los neandertales europeos poseían resistencia genética hace unos 120.000 años, y con esta muestra genética, esa teoría se sustenta firmemente. Las edades de varios de los primeros fósiles neandertales europeos caen en o cerca de 120,000 años atrás, según señala Carles Lalueza-Fox, del Instituto de Biología Evolutiva de Barcelona, quien no participó en el estudio.
Los investigadores habían analizado fósiles neandertales, pero no tenían muestras de ADN de más de 100.000 años, así que los lazos genéticos de los primeros neandertales siempre han sido un misterio. Pero durante esta investigación, Peyrégne, del Instituto Max Planck para Antropología Evolutiva en Leipzig, Alemania, y sus colegas obtuvieron el ADN de un hueso de la pierna superior de un Neandertal adulto desenterrado en la Cueva Hohlenstein-Stadel de Alemania y de la mandíbula y los dientes de un niño Neandertal recuperados en la Cueva de la Escladina de Bélgica.
Con estos hallazgos queda sentada la hipótesis de que algunos neandertales europeos deben haber migrado al este y, al menos en parte, haber reemplazado a los neandertales que ya vivían en Siberia entre 120,000 y 90,000 años atrás.
Un estudio de 2017, basado en el ADN mitocondrial típicamente heredado de la madre, indicó que el individuo de Hohlenstein-Stadel pertenecía a un linaje materno que se había separado de todos los otros neandertales hace unos 270,000 años, antes de que los neandertales se desplazaran a Siberia.
La nueva investigación, utilizando el ADN nuclear heredado de ambos padres, descubre que el niño aún pertenecía a una sola línea neandertal de larga duración en Europa. Según Peyrégne, las diferencias en el ADN mitocondrial del niño fósil se podrían haber producido mediante el cruce de sus ancestros neandertales masculinos con hembras que eran parientes de humanos antiguos que tenían su propia composición de ADN mitocondrial.
Las diferencias en el ADN mitocondrial probablemente fueron introducidas por los neandertales que abandonaron Europa para ir a Oriente Próximo huyendo del frío entre 200,000 y 130,000 años antes de regresar a Europa, sugiere Lalueza-Fox. Los viajeros experimentaron algunos cambios en su ADN respecto a los que se quedaron, y de esa manera se produjo el mestizaje.