Un estudio publicado recientemente en arXiv.org confirma que las partículas de materia oscura no son peligrosas y que no podrían matar a nadie.
“En los últimos 30 años, si alguien hubiera muerto por esto, habríamos oído hablar de él”, dice el físico Glenn Starkman de la Universidad Case Western Reserve en Cleveland.
Los físicos creen que la materia oscura existe por los efectos gravitacionales sobre la materia visible en todo el cosmos. Pero hasta ahora nadie sabe de qué está hecha. Entre los principales candidatos se encuentran partículas masivas que interactúan débilmente, o WIMP. Pero los científicos llevan décadas buscando este hallazgo sin éxito.
Por eso los físicos están buscando otros candidatos. Starkman y sus colegas se centraron en la materia oscura macroscópica, propuesta por primera vez por el físico Edward Witten en la década de 1980. Si las macros existen, están formadas por partículas subatómicas llamadas quarks, al igual que la materia ordinaria, y combinadas de manera inusual. Podrían tener cualquier tamaño o masa y se moverían sin impedimento.
Starkman, junto con el físico de Case Western Jagjit Singh Sidhu y el físico Robert Scherrer de la Universidad de Vanderbilt en Nashville, decidieron experimentar utilizando carne humana para detectar materia oscura. El equipo de trabajo estableció el cálculo de que si una macro tan pequeña como un micrómetro cuadrado se deslizara a través de tu cuerpo a una velocidad hipersónica, depositaría tanta energía en él como una bala de metal típica. Pero la conclusión fue diferente al daño de una bala: una macro calentaría el cilindro de tejido a su alrededor a unos 10,000,000 ° Celsius, vaporizando el tejido y dejando un camino de plasma.
“Es como si estuvieras en Star Wars, y un Jedi te golpeara con su sable de luz, o alguien te disparara con su arma de fuego”, dice Starkman.
No podrías protegerte del golpe de una macro definitivamente. Y sin embargo, no hay nada de qué preocuparse, señalan los científicos. No hay registros de que alguien haya sido atacado por un sable de luz, por eso los científicos concluyeron que si existen las macros, tienen menores dimensiones que un micrómetro y son más pesadas que aproximadamente 50 kilogramos.
“Las probabilidades de morir por esto son menos de 1 en 100 millones”, dice Starkman.
Por su lado, físico Katherine Freese quiso divertirse un poco realizando este cálculo. “Buscar macros en detectores ya existentes, como el cuerpo humano, es una buena idea. Pero las interacciones débiles son tan débiles que son inofensivas” para los cuerpos humanos”, señaló el científico que no participó en el estudio.
Ahora Starkman y Sidhu planean buscar pistas macro en losas de granito, que aparecerían como cilindros de obsidiana negra corriendo directamente a través de la roca. Están buscando el material en un cementerio cerca del campus de Case Western.