Los científicos todavía no pueden ponerse de acuerdo sobre las mediciones de la tasa de expansión del universo. Y una técnica que buscaba resolver el desajuste ha producido una tercera estimación que se encuentra entre las dos anteriores. Así que la controversia acerca de la expansión del universo continúa.

La primera medida sobre la velocidad a la que se expande el universo, un número conocido como la constante de Hubble, proviene de supernovas o estrellas en explosión. La segunda  se basa en el fondo cósmico de microondas, la luz liberada poco después del Big Bang.

Las mediciones de supernova anteriores indican que el universo se está expandiendo a una velocidad de aproximadamente 74 kilómetros por segundo por megaparsec, o alrededor de 3.3 millones de años luz. Pero por otro lado, el fondo cósmico indica que la expansión es de 67 kilómetros por segundo por megaparsec

Pero la nueva investigación apuntó que no estamos tomando en cuenta las partículas subatómicas no identificadas que podrían habitar el cosmos. En ese sentido, la cosmóloga Wendy Freedman de la Universidad de Chicago y sus colegas hicieron otra medición de la constante del Hubble que también se basa en las supernovas.

Los científicos a menudo estiman de qué tan rápido se está expandiendo el universo midiendo cómo la luz de las supernovas se estira a longitudes de onda más rojas por esa expansión. Pero para saber eso, necesitan conocer qué tan lejos están esas supernovas de la Tierra. En ese contexto, Freedman y sus colegas utilizaron una técnica diferente e independiente para ayudar a medir las distancias de las supernovas. 

Con supernovas como las tipo 1ª, los investigadores usan una “escalera de distancia”, que se basa en otros objetos cercanos con brillo conocido, para calcular las distancia. Las escaleras de distancia anteriores se basaban en estrellas variables llamadas Cefeidas, pero el nuevo trabajo usaba estrellas gigantes rojas, que alcanzan un brillo máximo uniforme. 

La nueva medición establece que el universo se expande aproximadamente a 70 kilómetros por segundo por megaparsec, lo cual lo pone más cerca de la estimación del de fondo cósmico de microondas.

El cosmólogo Adam Riess de la Universidad Johns Hopkins y el Instituto de Ciencia del Telescopio Espacial en Baltimore, sugiere que la estimación más baja tiene que ver con cómo el equipo contabilizó el polvo, lo que oculta a las estrellas y afecta su brillo.

Por lo que esta investigación, más que considerarse como un hallazgo o una respuesta precisa a la gran pregunta, lo que hace es abrir el entendimiento de la comunidad científica, que hasta ahora no había considerado aspectos importantes que hacen la diferencia en las mediciones, como por ejemplo, el polvo cósmico. “El polvo es la pesadilla de la astronomía”, dice Riess, quien lideró la estimación de supernova anterior. 

 El equipo informó el resultado el 16 de julio en una presentación en el Instituto Kavli de Física Teórica de la Universidad de California, Santa Bárbara. Los científicos aún no se ponen de acuerdo sobre la expansión del universo, pero al menos tienen una mejor idea de qué variables deben considerar.

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