Muchos avances de la ciencia que se conocen a diario parecen sacados de las mejores películas de ciencia ficción de Hollywood, mismas que finalmente resultan ser la mejor fuente de predicción de lo que vendrá con los descubrimientos científicos que al parecer no tienen límite, pues acaban de lograr hoy en día que ese anhelado deseo del ser humano por controlar o mover objetos con el pensamiento se haga realidad y esta vez con un fin más que loable: ayudar a los paralíticos.

15 años después de haber quedado cuadripléjicos, dos pacientes lograron por primera vez mover un objeto y no precisamente con el movimiento físico de sus cuerpos. Es que sorprendentemente lo que hicieron estos fue lograr mover un brazo robótico para luego tomar una bebida sin ayuda y sólo bajo la orden de su pensamiento, aunque parezca increíble.

La encargada de publicar este gran avance científico fue la revista Nature, la cual explica que para que una de las mujeres del experimento lograra tomar una taza de café gracias a su mandato neuronal, los médicos investigadores debieron insertar en el córtex motor del cerebro donde funciona el movimiento voluntario, un sensor de 96 electrodos del tamaño de un remedio infantil, el cual está específicamente diseñado para mejorar la actividad de los nervios.

Así, esta investigación que es llevada a cabo por la Universidad de Brown, el Departamento de Asuntos Veteranos de Rhode Island, el Departamento de Neurología del Hospital de Massachussetts y la Escuela Médica de la Universidad de Harvard en Boston, pretende que cuando el pacente piense en mover un brazo o una mano, el sensor active las neuronas de la corteza motora para que cuya atividad eléctrica envíe los impulsos necesarios que irán mediante un cable a la computadora del brazo robótico, la cual traducirá las señales y dará posteriormente las instrucciones, haciendo posible que la paciente haya tomado café con la orden de su cerebro.

Al respecto, John Donoghue, cabeza de la investigación y director del Instituto de Ciencias del Cerebro de la Universidad de Brown, expresó que “este es otro gran salto hacia el control de los movimientos por parte de un brazo artificial en un espacio tridimensional. Además, estamos muy cerca de restablecer cierto nivel de independencia y movilidad en las funciones de cada día para las personas con parálisis en las extremidades”.

Reacción de los pacientes

Parte fundamental de que estas investigaciones pudieran llegar a buen puerto es la utilización acertiva de los dos pacientes elegidos a quienes se les insertó el implante hace seis años, siendo ambos paralizados hace quince debido a problemas cerebrovasculares. Una de ellas fue Cathy Hutchinson de 58 años, quien al ver lo que pudo hacer con su pensamiento, comentó extasiada en su tablero de comunicación que “no pude creer en lo que veía cuando logré tomar café. Sentí esperanza”.

Más información en Revista Nature y Terra
Video de BBC CO

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