Los sismos y tsunamis representan un riesgo frecuente e inminente en varias regiones del mundo. Chile, Japón, Indonesia y algunos países de Medio Oriente son sólo algunos ejemplos de lugares donde los movimientos telúricos han hecho noticia en los últimos años.

Japón y Chile han registrado los dos últimos grandes terremotos de la historia, el terremoto de la costa del Pacífico en la región de Tohoku, el día 11 de marzo de 2011, con una magnitud de momento de 9,0, y por otra parte, el terremoto del 27 de febrero de 2010 que afectó la zona centro sur de Chile. Ambos sismos provocaron grandes daños a las estructuras de los sectores afectados, matando a una gran cantidad de personas y además generaron grandes y devastadores tsunamis.

Hay una persona que lleva largo tiempo –más de 15 años- estudiando estos fenómenos y realizando investigaciones que publica en revistas científicas, pero sólo se hizo popularmente conocido desde el terremoto del 27 de febrero de 2010, al ser requerido por diversos programas y canales de televisión para explicar cómo y por qué ocurren estos eventos. Su nombre es Marcelo Lagos López.

Desde ese momento no ha parado.

“El geógrafo de la tele”.

Marcelo Lagos hoy es un conocido geógrafo de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC) y Doctor en Ciencias Ambientales de la Universidad de Concepción(UCO). Se dedica principalmente a la investigación de riesgo de tsunami, geomática, ordenamiento territorial y riesgos naturales, realizando estudios en Chile y en otros países altamente sísmicos como México y Japón.

 

Es además invitado frecuente en noticieros de televisión –por lo que asegura que en la calle lo conocen “como el geógrafo de la tele”-, charlas y seminarios a lo largo de todo Chile, en donde explica las conclusiones de las investigaciones que ha realizado y enseña que estos fenómenos no se pueden predecir con la exactitud que anuncian individuos y grupos pseudo científicos que han proliferado en nuestro país, entre otras cosas.

Riesgos naturales y audiencias informadas.

En el marco de una conferencia que dictó el día lunes 4 de junio el destacado geógrafo en la Universidad Viña del Mar, pudimos conversar con él luego de la charla que dio ante un grupo de estudiantes, docentes y directivos de la casa de estudios.

En el encuentro, titulado “Riesgos naturales, comunicación y audiencias informadas”, abordó los problemas que tenemos los chilenos con los sismos, ya que a pesar de percibirlos de manera frecuente, muchos les siguen temiendo y no saben cómo reaccionar.

En una conversación después de la conferencia, Marcelo Lagos profundizó en algunos aspectos y entregó información sobre la investigación que está llevando a cabo actualmente junto a científicos japoneses, entre otras cosas.

 

Según el experto, los chilenos deben aprender a convivir con este tipo de fenómenos, ya que “hay que considerar que en Chile la amenaza sísmica y de tsunami es un peligro permanente. Hoy día no existe ningún centímetro del país que no esté expuesto a la amenaza de un tsunami”, explicó, agregando que para convivir es necesario aprender a utilizar el borde costero, tener estructuras capaces de resistir grandes masas de agua y aprender el posicionamiento de estructuras críticas.

A su juicio, las edificaciones que se construyan en el borde costero, y por ende estén bajo constante e inminente riesgo de enfrentar un tsunami, deben “incorporar medidas que permitan disminuir sus niveles de exposición” ante una eventual catástrofe de este tipo.

La importancia de la historia.

El geógrafo también explicó que la historia es muy relevante a la hora de analizar un sector geográfico, ya que ante la eventualidad de un inminente sismo y tsunami, los fenómenos ocurridos en épocas pasadas pueden ayudar a determinar el curso del agua, la altura de las olas y la cantidad de kilómetros que avanza ésta dentro de la ciudad.

Según indica Marcelo Lagos, en Chile a muchos les gusta la vida cómoda y prefieren que los científicos o pseudo científicos les digan las cosas que van a ocurrir y cuándo van a ocurrir –lo que explicaría la proliferación de personas y agrupaciones que intentan “predecir” la fecha y el lugar donde ocurriría un sismo-, razón por la que no se ocupan de saber del pasado del lugar donde viven. “Lo más probable es que acá en Viña muchos no recuerden el detalle del comportamiento que tuvo el tsunami del 8 de julio de 1730 o anteriores, o qué pasó en el tsunami de 1822”, señala Lagos, que además dice que es necesario educar a la población para que conozca catástrofes anteriores y sepa cómo reaccionar ante la ocurrencia de otra.

Chile y el 27F

Respecto a los avances que ha tenido el país en materia tecnológica y de capacidad de respuesta tras el terremoto del 27 de febrero de 2010, el Doctor explicó que “Chile ha puesto énfasis en todo lo que son las comunicaciones. Hoy en día existen sistemas mucho más robustos para articularse, tecnología satelital, celular, VHF, UHF, ya que claramente se vio que ese tema debe ser potenciado después del evento de 2010”, señala, y agrega que en el ámbito de la medición también se registran avances, porque “hoy podemos ver el comportamiento del nivel del mar cada 1 minuto, saber qué está pasando en detalle en cada puerto o donde estén instaladas estas estaciones, cosa que antes del 2010 no era así. En rigor, el terremoto y tsunami de 2010 puso el tema en la testera y ha hecho que de alguna forma se fortalezcan parte de las medidas para estar preparados para un futuro evento. Sin embargo, ciertamente tenemos tareas pendientes”, concluye el científico.

Cuando ocurrió el terremoto del 27 de febrero, Marcelo Lagos se encontraba trabajando en una investigación sobre zonificación del riesgo de tsunami en el centro sur de Chile, por lo que prematuramente “se validaron una serie de trabajos que ya habíamos hecho. Los niveles de exposición que teníamos identificados eran altísimos, los niveles de peligrosidad también y las consecuencias fueron claras: gran parte de las localidades costeras del Maule y el Biobío pagaron, inocentes pagaron particularmente”, sentenció el geógrafo.

El futuro de la investigación de riesgos naturales.

Actualmente el investigador se encuentra trabajando en un gran proyecto de cooperación entre Chile y Japón donde buscan intercambiar experiencias entre diversas universidades que se han dedicado a investigar el tema para mejorar tecnologías y capacidad de respuesta ante sismos de gran magnitud y tsunamis de enorme poder devastador.

 

“En este momento estamos en la etapa de fortalecer redes, aprender lecciones de cada país, potenciar la posibilidad de que estudiantes vayan a hacer postgrados a Japón, a aprender más sobre la experiencia de ellos, en un proyecto que dura hasta 2016, por lo tanto todavía nos queda un camino largo por recorrer” señala el científico, agregando que “la idea es aprender más sobre los sistemas de alerta temprana, las tecnologías que utilizan en Japón para manejar este tipo de emergencias, cómo diseñar en forma conjunta mapas de peligro de tsunami actualizados, de modo que se sienten las bases en Chile y generar una masa crítica que tenga autonomía para manejar este tipo de riesgos en el futuro con propiedad”, concluye Marcelo Lagos.

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