El Congreso no pudo lograr los votos suficientes para que la nueva normativa que apunta a un mayor marco regulatorio y a un incremento en la cooperación entre las empresas y el Gobierno en materia de ataques de hackers, fuera discutida.
A pesar que varios expertos en seguridad indicaron la necesidad urgente de atacar las vulnerabilidades presentes en el tráfico en internet, el lobby hecho por compañías del sector, incluyendo la propia Cámara de Comercio, quienes la calificaron de “demasiada rigurosa”, hizo que parlamentarios republicanos rechazaran su discusión.
Así, el Senado reunió sólo 52 de los 60 votos necesarios en el órgano legislativo, que se compone de 100 miembros, para permitir que el proyecto llegue a una votación final.
Hay todavía una pequeña opción de que el proyecto de ley avance antes de enero, cuando el actual Congreso estadounidense termine. Sin embargo, con las próximas elecciones presidenciales y parlamentarias del 6 de noviembre y atados por temas partidarios que involucran impuestos y gasto, es muy probable que la seguridad en internet sea dejada de lado.
La Cámara de Representantes aprobó una versión más acotada en abril y el proyecto del Senado necesitaba aprobarse esta semana, para dar tiempo a los legisladores de ambas cámaras para negociar un acuerdo sobre la legislación final durante el receso de agosto, dijo un antiguo alto funcionario del Departamento de Seguridad Nacional, Stewart Baker, que es ahora experto en ciberseguridad en la firma legal Steptoe y Johnson.