Desde la pasada noche, los aficionados de Apple en el lejano oriente abarrotaron las tiendas del monstruo tecnológico en Australia, Hong Kong, Japón y Singapur para conseguir la más reciente versión de los teléfonos móviles de Apple, el iPhone 5, casi un año después de que la compañía comercializara el iPhone 4S. El nuevo smartphone ha batido todos los récords de reservas mundiales con dos millones el primer día, más del doble de su modelo anterior, y a pesar de aparente “decepción” de muchos usuarios por su falta de novedades.

La salida al mercado del iPhone 5 no es más que otro fuerte impulso para Apple, que espera terminar este trimestre sumido en los éxitos de sus ventas, ya que la gama de teléfonos de la compañía supone la mitad de sus beneficios anuales y los analistas esperan que Apple venda hasta 10 millones de unidades del nuevo modelo hasta finales de septiembre.

Estados Unidos, Francia, Alemania y Reino Unido serán otros de los países en los que las tiendas comercializarán este viernes el nuevo modelo, mientras que en otros países como España habrá que esperar una semana, hasta el 28 de septiembre, para poder adquirir el terminal. A finales de año, Apple espera comercializar su nueva creación en 100 países.

El cofundador de Apple, Steve Wozniak, ha hecho cola toda la noche en una de las tiendas de Australia para poder adquirir el nuevo iPhone 5, el primer país donde ha aterrizado el nuevo modelo de la compañía. En su cuenta de Twitter, Wozniak escribió: “¡En la cola para el primer iPhone en el mundo!”. Se trata de una tradición para el ingeniero estadounidense, quien colabora y sigue siendo accionista de la compañía que fundó junto con Steve Jobs y Ronald Wayne, a pesar de su distanciamiento desde 1987. “Estoy contento”, señaló el cofundador de Apple que, jaleado por los dependientes de la tienda, firmó autógrafos y habló distendidamente con sus admiradores.

Wozniak, creador de los revolucionarios ordenadores Apple I y II, participó más tarde, y ya de traje, en un simposio de negocios donde anunció que la llegada de los ordenadores inteligentes cambiará el mundo tal como lo conocemos. “En 40 años tendremos ordenadores que sean conscientes, que tendrán sentimientos, que tendrán personalidad”, indicó el gurú informático de 62 años. “Mi iPhone sabrá tanto sobre mí que no querré humanos. Algunos seremos sustituidos por máquinas y tendremos que reestructurar la sociedad”, agregó.

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